Rentero, el emperador de Linares
El promotor del "Wimbledon del ajedrez" ha convertido "la locura en negocio"
Es famoso en muchos países, sobre todo en Rusia: le dieron un premio en el Kremlin y jugó al ajedrez desde una base espacial de Moscú con un cosmonauta en órbita. El empresario de Linares Luis Rentero tiene 64 años, uno por cada casilla del tablero, y tres grandes amores: su familia, su ciudad y el Wimbledon del ajedrez, cuya primera edición fue en 1978. Después creó dos torneos abiertos, en Linares y Úbeda, que mantienen llenos sus dos hoteles en enero: "Mi locura se convirtió en negocio". Y ahora ha decidido promover las bellezas de Úbeda a través de otro torneo magistral que compite con Linares.Siguiendo las directrices del Emperador, los jugadores se entregan al máximo en ambas competiciones -el número de empates sin lucha es muy inferior al otros torneos de élite- porque Rentero mezcla con habilidad el látigo y la palmada en el hombro: "Los jugadores entienden mi idioma. Ellos quieren dinero, y yo se lo busco. Pero los patrocinadores quieren espectáculo, lucha sin cuartel, partidas brillantes y de gran calidad, lo que exige una entrega total de todos los participantes en cada partida. Cuando alguno deja de cumplir las reglas un día le doy un toque amistoso pero muy claro, para que capte el mensaje. Si reincide va a mi lista negra y no vuelve más. Le digo que es muy buena persona, que puedo ir a misa con él pero que no me sirve para el torneo de Linares, o ahora para el de Ubeda".
Hace años, el Emperador Rentero utilizaba métodos muy pragmáticos para garantizar que la sangre de sus gladiadores tiñese de rojo el escenario. Cuando veía riesgo de empate rápido por el miedo mutuo de dos de ellos, estimulaba a uno, o a ambos, con una cantidad extra por la victoria. Ahora, gracias al gran prestigio alcanzado por su torneo, utiliza métodos más elegantes: "Los 12 participantes en el Ciudad de Úbeda [que comenzó el sábado] se encontraron una carta mía en la habitación cuando llegaron. Simplemente, les pedía que cumplieran mis reglas. Y todos cumplieron". Ciertamente, la primera partida que terminó fue la de Miguel Illescas, que empató con el húngaro Peter Leko, de 17 años, tras cuatro horas de lucha sin concesiones. Rentero quiere evitar a toda costa que el cáncer de la falta de combatividad afecte también a sus torneos: "Me da mucha pena ver cómo otros organizadores españoles, sobre todo los de Canarias, se gastan mucho dinero para traer a los mejores ajedrecistas del mundo y luego éstos firman numerosos empates sin lucha. Aquí nadie puede venir a vegetar porque eso sería el fin".
El artífice de que Linares sea una de las ciudades españoles más conocidas en Rusia -con la intención de que pronto ocurra lo mismo con Úbeda- afirma que nunca ha ganado dinero con los torneos magistrales (12 ó 14 estrellas por sistema de liga): "Convivo con los mejores ajedrecistas del mundo durante unas semanas cada año, doy fama a Linares y a Úbeda, enriquezco la historia del ajedrez con partidas de gran calidad y exporto el sistema Rentero. Son compensaciones más que suficientes". Pero sí gana dinero con los torneo abiertos Aníbal y Ciudad de Úbeda, cada enero. "Casi todos los hoteles españoles tiene un índice de ocupación muy bajo en enero. Este año, yo he tenido un centenar de maestros internacionales procedentes de 35 países. Vienen atraídos por la fama de Linares y me llenan los dos hoteles".
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