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Reportaje:¿POR QUÉ LOS CLUBES ESPAÑOLES NO COTIZAN?

La 'Liga de las estrellas" da la espalda a la Bolsa

Real Madrid, Barcelona y Athletic, los más rentables, no son sociedades anónimas. El Valencia prefiere esperar. La Real Sociedad opta por el viejo estilo

Carlos Arribas

, Son tiempos de euforia. La bolsa es más popular que nunca. No sólo ayudan las alzas continuadas y la ruptura casi cotidiana de los topes. Como siempre, las grandes compañías, como Telefónica, hacen de locomotora, pero, como nunca en la historia, firmas pequeñas muy ligadas al consumidor medio, como Telepizza o Adolfo Domínguez, han entrado recientemente o han anunciado su entrada en el juego de compras y ventas y cotizaciones. La bolsa quiere más en el juego de sinergias, quiere fútbol. Pero los clubes le dan la espalda. Real Madrid, Barcelona y Athletic, los que en teoría serían más rentables, no son sociedades anónimas. La Real Sociedad prefiere mantener el viejo estilo. El Valencia aguarda, no cree que sea el momento oportuno de embarcarse en esta aventura.Se oyen los runrunes que llegan de fuera de España. Se analiza el éxito mutuo que supone para el mercado de valores y para los propios clubes el juego que dan en la bolsa londinense los 11 clubes que allí cotizan; las noticias que llegan de Italia diciendo que el Lazio, la Fiorentina y hasta la Juventus preparan su entrada en la bolsa de Londres, más accesible que las italianas. Y piensan que la entrada en España de los clubes de fútbol, ahora que empiezan a rezumar dinero gracias a los contratos televisivos -más de 200.000 millones en los próximos cinco años- y a que el fútbol vive un boom único que ha desembocado en la Liga de las estrellas, sería un buen punto que apuntarse y, también, un empujón popular para cambiar la seria imagen de la bolsa española.

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Para Rafael Ibáñez, analista de Beta Capital -una empresa que aconseja dónde invertir-, el problema principal es la escasa tradición española en estas asuntos. "Ni siquiera las grandes empresas españolas acuden al mercado bursátil. No es una costumbre muy española porque en realidad la bolsa se ha normalizado y modernizado hace sólo 10 años", explica. Aún así, ¿por qué no entran en la corriente de la modernidad cuando, nadie lo niega, la bolsa es un medio superatractivo para financiarse? Frente a los aspectos positivos- los clubes mejorarían en bolsa porque el valor de las acciones es ahora simplemente sentimental: los accionistas no tienen conciencia de ser propietarios de un club; sería un valor añadido para la imagen de los clubes: sería mayor la identificación de los consumidores sin necesidad de campañas de marketing- prima el miedo. Quizás porque unos cuantos clubes son en la práctica propiedad de personajes individuales.

"A los clubes españoles les asusta la normativa, la necesidad de transparencia extrema: si cotizaran en bolsa tendrían que auditar sus balances trimestral o semestralmente", dice Ibáñez. "Por razones no confesables, no se sabe con exactitud lo que tienen los propietarios, y ellos no quieren hacerlo público. Interpretan el club como patrimonio privado".

Ignacio Cueto, de la Bolsa de Madrid, cree que el juego que darían los clubes en el parqué sería diferente al de las empresas, más volátil, porque su cotización no dependería sólo del balance económico, sino de lo que sucediera en los campos.

Pero eso sería una variante que los inversores sabrían tener en cuenta. Para los clubes, según Cueto, el problema sena menor, o no existiría. Cotizando en bolsa, muchas SAD (Sociedades Anónimas Deportivas) se pondrían al día empresarialmente hablando. "La bolsa facilitaría a los clubes aumentar su capital social. También, los accionistas de clubes pequeños que se han quedado con el equipo casi por obligación y se ven atrapados en su inversión saldrían del aprieto con la bolsa". Cueto cree, además, que si se redujera el precio de las acciones -actualmente de 10. 000 pesetas en casi todos los clubes- atraería a más accionistas de corazón.

Pero los clubes siguen sin verlo claro. Algunos, como el Athletic, que no es sociedad anónima, han sopesado con tiempo si tomar la decisión de reconvertirse en sociedad anónima y cotizar en bolsa. Pero siempre, aparte de la reconocida filosofía del Athletic, han pensado que para hacerlo había que tener muy seguras las posibilidades de éxito. "Y nosotros no podemos fichar a Ronaldo", dice su directivo José Luis Marcaida. "Quien esté dispuesto a comprar acciones tiene que tener claro que son una alternativa de inversión atractiva, sin sentimentalismos ni colores. Y es, en todo caso, una inversión más arriesgada que en un banco o en una compañía eléctrica o telefónica. Es más volátil, más sujeto al azar, a una buena racha de fútbol, que a otras referencias".

El presidente de la Real Sociedad, Luis Uranga, habla de la tradición. "Querernos que la Real Sociedad sea un club con las características que le distinguían ya antes de verse obligado a convertirse en sociedad anómima", dice. "Prácticamente los socios con lo que contaba el club antes de ser sociedad anómima han pasado a ser accionistas. La Real cuenta con más de 10.000 accionistas cuando su masa social era de unos 12.000 socios. Nuestro objetivo es mantener vivo el espíritu que siempre identificó a la Real Sociedad, un equipo de una ciudad, de una región, en una palabra, de un pueblo. Por todo ello seria ilógico que los consejeros propiciásemos sacar el club a bolsa".

Otros, como Francisco Roig, presidente del Valencia, piden pasar página: "No creo que sea el momento de plantearse un asunto como ése".

Y así están todos. La bolsa les quiere y ellos la necesitan para lograr mayor rentabilidad en la máquina de hacer dinero-exceptuando algunos, como el del Espanyol, que sobrevive gracias al valor de Sarriá- en que se han convertido. Pero no se encuentran.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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