Recobrar el esplendor

, Al margen de lo que ocurra hoy en el partido de dobles o de como acabe la eliminatoria frente a Alemania, Cala Ratjada habrá devuelto el esplendor a la Copa Davis. El mérito no es sólo de la organización. Hay un factor fundamental que. se une al esfuerzo mallorquín: la explosión de Carles Moyá en Australia y la calidad de todo el equipo español.

La cuestión, sin embargo, es que en Cala Ratjada han logrado colocar a 7.200 personas en una pista de tenis. Y eso es algo que no se había producido en un encuentro del equipo español de Copa Davis desde que España ganó a Rusia en el Real Club Tenis Barcelona en 1967, en la final de la zona europea. Aquella vez, la pista talismán se amplió con gradas con forma de herradura y se logró una capacidad de unas 9.000 personas. No sólo se llenó, sino que muchos aficionados se quedaron fuera y no pudieron presenciar la alucinante remontada de Juan Gisbert frente a Alexander Metreveli.

En Mallorca, la movida ha sido importante. La organización tuvo que frenar la venta de entradas a los alemanes, que invaden la zona de Cala Ratjada en esta época del año. Y se encontró con una demanda de entradas impensable entre la población autóctona.

Varios días antes de empezar la eliminatoria, todo el aforo estaba vendido y los ingresos por entradas se situarán en unos 90 millones de pesetas. Ayer, en Manacor -vía de acceso a Capdepera, donde se encuentra Cala Ratjada-, se produjeron múltiples atascos que impidieron a muchos aficionados llegar a la hora del primer partido.