Milosevic se rinde a las protestas y entrega 14 alcaldías a la oposición

Después de 77 días del más espectacular movimiento de protestas que ha conocido el este de Europa desde la caída del muro de Berlín, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, accedió ayer finalmente a otorgar la victoria a la oposición en todas aquellas ciudades, incluida la capital, en las que venció en las pasadas elecciones municipales. Milosevic pidió en una carta dirigida a su Gobierno que el Parlamento restaure los resultados de los comicios de noviembre.

La presión de la comunidad intemacional y la obstinación de la oposición agrupada en la coalición Unidos acabó por doblar el brazo del presidente serbio, quien en los dos últimos días recurrió sin éxito a la represión policial para acallar las protestas.La decisión de Milosevic ha sido recibida, sin embargo, con cautela por otros países y organizaciones internacionales. La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) -que creó la comisión que, bajo la presidencia de Felipe González, arbitró y dio la razón a la oposición en este conflicto- expresó su esperanza de que éste sea, definitivamente, el gesto que se le había exigido al Gobierno serbio. Un portavoz oficial de EE UU calificó la iniciativa de Milosevic como "un primer paso". Los propios dirigentes de Unidos anunciaron que, ante el riesgo de que el anuncio de ayer sea una nueva trampa de los socialistas en el poder, mantendrán las manifestaciones callejeras.

"De acuerdo con las competencias constitucionales, propongo que el Gobierno serbio presente al Parlamento un proyecto de ley que proclame los resultados finales de las elecciones locales en Serbia según las recomendaciones de la misión de la OSCE", afirma la carta de Milosevic a su Gobierno. La comisión de la OSCE decidió en diciembre que la oposición había ganado en 14 ciudades, entre ellas Belgrado. El régimen había anulado con anterioridad esos resultados y había otorgado la victoria al Partido Socialista.

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