Capello reedita las remontadas
El Madrid ha corregido ya nueve resultados en contra; el curso pasado, sólo cuatro de 16
, Un marcador cuesta arriba ha dejado de ser un problema en Chamartín. Aunque el adversario marque primero, ya sea fuera o en casa, el Madrid no se descompone y remonta. Es decir, todo lo contrario de lo que le sucedía el curso pasado. En 23 jornadas de Liga, el conjunto de Fabio Capello se ha visto siete partidos (nueve veces) con el resultado en contra y siempre supo corregir el contratiempo. En el peor de los casos, al menos conquistó un empate. En la temporada anterior, en cambio, el Madrid se vio en desventaja en 16 encuentros (19 ocasiones), y sólo en cuatro de ellas levantó el tanteo (tres victorias y un empate). Los porcentajes no dejan espacio a la duda: 100% frente a 25%. El Madrid ha cambiado.Lo sucedido el domingo en el Bemabéu confirmó ya de forma contundente algo que ha dejado de ser una simple tendencia. El Deportivo se adelantó por dos veces en el marcador (Renaldo, m. 15, y Martins, m. 50) y el Madrid respondió a semejante afrenta como si nada (Panucci, m. 18, Hierro, m. 51 y Sulcer, m. 66). Y no era la primera vez que el Bernabéu presenciaba un hecho así. Aunque sólo tomaron ventaja en una ocasión, la Real y el Valencia se pusieron también con el partido de cara e igualmente salieron sin puntos de Chamartín.
El Madrid ha ganado todos los partidos que ha jugado en campo propio, menos ante el Tenerifé y el Logroñés. Con ambos tropezó en forma de 0-0. Es decir, que el campeón de invierno reacciona mejor cuando el rival marca que cuando no lo hace. El curso pasado, el Madrid apenas supo contestar las desventajas en el marcador: 10 partidos tuvo cuesta arriba, y sólo acertó a dar la vuelta a tres y a empatar otro.
¿Será que el desaparecido miedo escénico vuelve al Bernabéu? No parece, porque las remontadas del Madrid aparecen tanto en casa como a domicilio.
La rotundidad de las estadísticas impiden relacionarlas con la casualidad. Hablan más de la recuperación de unas cualidades que el año pasado el equipo blanco no poseía: poder de reacción, carácter, autoconfianza y capacidad de intimidación. Si a su evidente dominio de las remontadas, se une su habilidad para conservar los resultados a favor (sólo el Valladolid acertó a dejar en empate un encuentro que empezó ganando el Madrid), ya tienen las claves del autoritario liderato del Madrid de Capello.
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