Luis Fernández, contra todos
, Al principio resultaba simpático. Tan distinto, tan gracioso. Buena parte del público saludaba con sonrisas la forma de proceder de Luis Fernández. Hoy ya no debería hacerlo ni el de Bilbao. Porque el asunto aburre. Agota. Le dijo un día a Mourinho que tuviera cuidado porque en San Mamés los dos banquillos están muy juntos. Y en cuanto pudo se fue a por el portugués. A zaherirle, a insultarle. Él ganaba, el otro perdía. Vivan los valientes. Poco después la emprendió contra Antic, le llamó llorón y montó un patético numerito con unos pañuelos que se sacó del bolsillo donde guarda su rencor. Ayer su rival fue Serra Ferrer, otro que añadir a la lista de damnificados por un Fernández que no se cansa de acumular enemigos. Y lo peor es que, quizá en alguna ocasión, él puede tener razón. Pero ocurre que son ya tantas las provocaciones, tan seguidas y tan gratuitas, que no hay quien crea en su inocencia.El récord del Betis. Claro que si uno de los contendientes se puede ir tranquilo a casa es Serra Ferrer. Que recordará la pasada semana, en la que se dio con los suyos un garbeo por media España abrazado al triunfo. El lunes se paseó por Valladolid (1 -3), el jueves visitó Tenerife (0-2) y ayer apareció por Bilbao (0-3) arrasando, que es lo que lleva haciendo su Betis desde hace 251 días, el tiempo que se mantiene invicto lejos del Villamarín.
Camacho, en las últimas. Lo tiene claro: le toca caer. De un momento a otro se va a reunir el consejo de administración del Sevilla, si queda alguien en él, para tratar el futuro de Camacho. Pero éste cree que todo está ya decidido. Y que el asunto se traduce así: "Ocurrirá lo más normal, lo de siempre. Con otro entrenador el Sevilla no habría perdido. Ya ha caído el presidente, así que... " Nunca unos puntos suspensivos dijeron tanto.
Cruzada del Celta contra los árbitros. Maltratado se siente el Celta por los que le juzgan. El sábado estalló Fernando Santos contra Daudén, "que ha venido", dijo, "a pitar lo que le ha salido del pito". Visto así el asunto no resulta extraño. Pero no parece que la palabra pito la utilizara como sinónimo de silbato. El caso es que ayer el vicepresidente del club también se arrancó: "Los árbitros se ríen de nosotros. Esto, es una afrenta a Vigo". Y ya puestos, pues entró en liza Javier Maté, técnico del filial, que también echó mano de la anatomía para quejarse: "Estoy hasta el culo de los árbitros".
Castillo, enmascarado. Le rompieron la nariz en Valencia. Pero él no levantó la voz, ni puso el grito en el cielo, quejoso, airado, como está de moda. Su silencio llegó a tal extremo que ni siquiera hizo público el nombre del rival que sacó su codo a pasear. Ezequiel Castillo reapareció ayer con una máscara protectora, "que es como ir en moto con el casco puesto", señaló. Tuvo que pedir para ello permiso al árbitro, que aceptó tras revisar con detalle la espectacular careta. Suerte no tuvo, pero sí valor, como corresponde a un futbolista que considera que lo que ocurre en un campo de fútbol tiene que quedarse ahí, en el campo.
Antic, por el cambio. Se quedo el Atlético en tierras gallegas por aquello de que el martes juega con el Compostela. Y a San Lázaro que se fueron Antic y los suyos. Aquél reflexionó y parece que lo tiene claro. El Atlético no reacciona y habrá cambios. Y serán sonados. Antic no lo dijo, pero Pantic, Caminero y Esnaider no le tienen lo que se dice contento.
La quiniela del Sporting y la de Sanz. "¿Sporting-Espanyol? Uno fijo". Esta vez no hubo dudas. Decidieron los jugadores del Sporting no dejarle un hueco al morbo. Y por ello gritaron que en su quiniela no cabían sorpresas. Pero sí en la de Lorenzo Sanz. Que pilló la equis del Camp Nou. Y hubiera tenido pleno, si no fuera porque le falló quien no esperaba. Valdano tuvo la culpa.
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