Alcaraz pide potenciar a Anguita, reducir otros protagonismos y cambiar el mensaje

La potenciación del coordinador general, la renuncia al personalismo de algunos dirigentes y el cambio radical del mensaje, aún excesivamente electoralista, son las líneas maestras que propone Felipe Alcaraz en el documento sobre estrategia política que hoy estudiará la comisión ejecutiva de Izquierda Unida (IU). Alcaraz, que ayer acusó al PP y el PSOE de abrir "una guerra civil sin armas" con su cruce de declaraciones para desviar la atención de los graves problemas del país, realiza en su texto, a veces, una fuerte autocrítica y pone énfasis en abordar una política de comunicación "muy elaborada".

Se trata de promover un nuevo impulso político, dice Felipe Alcaraz. Un afán, subraya el secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), de demostrar una "actitud renovadora": "IU no puede seguir así". Y, en contra de quienes buscan las causas en enemigos de fuera, advierte: "No culpamos de nuestros problemas a acciones externas". Pero no se resiste a apuntar que podría haber "mucha presión derivada de ciertas tácticas de desgaste en vigor".En cualquier caso, Alcaraz sostiene: "No podemos dejar que [esas presiones] nos empujen a la rabia, al reproche permanente y, mucho menos, a la marginalidad o la negatividad". En ese sentido, aconseja cambiar "algunos hábitos demasiado usuales en la cultura política del país" y, en consecuencia, pide que se saluden "las cosas bien hechas por otros grupos o dirigentes".

El mensaje de IU, según Alcaraz, debe ser de "una gran concreción". Critica que su discurso aún sea excesivamente electoralista. "Sería preciso recordar", ironiza, "que no estamos en campaña". Y recuerda que la crítica en abstracto lleva al "punto muerto" a "la fuerza que la hace", sobre todo si es IU. Así que, argumenta, siempre hay que tener en cuenta 11 que criticar al PP sin alternativas alimenta al PSOE", y a la inversa.

¿Quién es el protagonista en IU? Alcaraz dice que debe ser el mismo discurso, no la presencia pública de los dirigentes, y previene contra los amigos del mensaje personal "o de esa enumeración caótica" que a veces "caracteriza" a la coalición. Además, hace notar que reconocer que el mensaje es el protagonista "implica ciertos sacrificios".

Pero el protagonista es también Julio Anguita, para el que reclama un "papel clave", sentado "en la vocación de quien, con capacidad suficiente en relación al gobierno de las soluciones, busca alternativas a los problemas estructurales o de mayor preocupación social".

También reclama para el coordinador general "una política de comunicación muy elaborada". Parte de que el mensaje de IU debe atenerse a unas normas democráticas, "a una cierta constitucionalización asumida por todos". Es una clara referencia a los dirigentes, entre ellos los de Nueva Izquierda, que lanzan discursos diferenciados. Según él, el mensaje de IU está siendo neutralizado en buena medida ante la opinión pública por los debates internos.

Por tanto, es partidario de una política de comunicación que, a tenor de lo que critica, parece inexistente en IU. Como posibilidad apunta la creación de un "consejillo" en el qué podrían integrarse "profesionales dispuestos" a ceder a IU "una parte de su tiempo".