Enfriamiento rojiblanco

El Atlético de Madrid se enfría. Su sorprendente proceso de recuperación se vio levemente interrumpido ayer por un equipo al que resulta complicado batir, el Badajoz. Pero el conjunto de Lobo Diarte sigue creciendo en juego y sumando puntos. Ayer sólo se apuntó uno, pero demostró que ya no es un equipo lánguido y débil.Ahora los rojiblancos exhiben una próspera capacidad ofensiva que augura un excelente porvenir. Además, en el partido ante los pupilos de Maceda, se sobrepusieron al efecto de la oleada sufrida el sábado por el primer equipo ante el Real Madrid, una derrota que dejó las, gradas vacías y aturdió a los jugadores del filial durante la primera mitad.

El Badajoz comenzó el encuentro con una clara ocasión de Eloy. Fue un presagio. El equipo extremeño dominaba completamente el juego. Hasta tres ocasiones claras falló el cuadro pacense, que planteó una defensa en línea asfixiante para los jugadores más creativos del Atlético de Madrid: Míchel y Cherna.

El gol del Badajoz hizo reaccionar al equipo rojiblanco, que empató en una jugada individual de Ezquerro. El punta riojano, en una sagaz maniobra, se fue de un defensa y batió en el mano a mano a Emilio. En la segunda mitad, el Atlético de Madrid É fue un torbellino, pese a que el pantanoso estado del césped obstaculizaba el ataque del filial. El Badajoz practicó un juego duro y aplicó una única receta, el pelotazo.

El desenlace del encuentro fue muy intenso. Con el partido descontrolado, ambos equipos fallaron ocasiones clamorosas. Mientas Patri lanzó una vaselina que silbó la madera, Ezquerro marró un disparo a bocajarro.

En los últimos minutos el conjunto extremeño demostró por qué es el equipo menos goleado de la Segunda División. La avalancha rojiblanca fue en vano. La última acción del encuentro fue polémica. Yordi se internó en el área y cayó. Jugadores y público reclamaron un penalti que el colegiado no_ vio.

El técnico rojiblanco anunció en rueda de prensa, al término del encuentro, que ha pedido al presidente Jesús Gil el cambio del terreno de juego de su equipo. A juicio de técnicos y jugadores, el campo de El Soto, en muy malas condiciones, es un obstáculo para la marcha del equipo.