Ni con Víctor ni sin ti
Espárrago no encuentra el camino para evitar los achaques del Zaragoza
"Estamos cada vez más cerca de la Segunda y aquí todo el mundo sigue hablando de la Recopa y de Víctor". La frase, esgrimida por uno de los jugadores más carismáticos del equipo, resume la situación del Zaragoza. Mientras el club asume con conformismo la posibilidad del descenso, cada revés en el césped se convierte en un nuevo éxito de Víctor Fernández, el técnico cesado hace dos meses. El otro Víctor, Espárrago, no ha podido acabar con el fantasma de su predecesor y ya ha sido cuestionado.Aunque los jugadores lo rechacen, aquella Recopa de mayo del 95, marca el punto de inflexión del Zaragoza. Los errores que los resultados ocultaban han saltado con fuerza estos meses, hasta el punto de que el club parece atravesar una época de descomposición.
Alfonso Soláns, presidente de la entidad desde los primeros días de diciembre, tras el fallecimiento de su padre, es el único que mantiene el sosiego. Repite una y otra vez que en ningún momento se le pasa por la cabeza la idea del descenso y pone en manos de los jugadores toda la responsabilidad: "Los técnicos coinciden en decir que la plantilla tiene calidad, por lo tanto son los jugadores quienes tienen que sacar esto adelante".
Víctor Fernández, que fue sacrificado como responsable de la crisis, es por el momento el único triunfador, aunque tenga su parte de responsabilidad. El fallecido presidente decía un par de semanas antes de su muerte que Víctor se había "endiosado" con el título de la Recopa. Los actuales dirigentes trasladan es ta opinión a la plantilla. A este "exceso de gloria" hay que unir el fracaso en la renovación de, una plantilla castigada por la edad.
La situación no ha variado, sino todo lo contrario, con la llegada de Espárrago. Gustavo López, el ídolo de1a afición, es el más claro: "No, comparto las ideas futbolísticas de Espárrago. Las suyas no tienen nada que ver con las que a mí me han enseñado entrenadores como Brindisi, Menotti o Passarella". so Belsué, uno de los tres jugadores aragoneses de la plantilla, considera llegado el momento de marchar a otro equipo. Y es que la plantilla, diseñada para acariciar el balón, no se acostumbra a poner el autobús delante de su portería.
La afición, acostumbrada al buen fútbol, no entiende que el Zaragoza pueda jugar con seis defensas. La Romareda ya ha coreado en un par de ocasiones el nombre de Víctor Fernández.
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