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FÚTBOL VIGÉSIMA JORNADA

Adiós a la Liga

La derrota ante el Madrid deja al Atlético lejos de la pelea por el título

Veinticuatro horas después del duro golpe ante el Madrid, Radomir Antic seguía sin encontrarle una explicación al 1-4. En su análisis, detectó algunos defectos en su equipo (dudas tras el 1-1 y falta de agresividad), pero insuficientes para suponer un porqué consistente a una derrota que se fraguó en tan sólo siete minutos y en superioridad numérica. Finalmente, todas sus interrogantes concluyeron en el mismo sitio: Raúl, Raúl y Raúl. Lo que sí tiene claro el técnico son los efectos de la goleada: "Hemos perdido algo más que tres puntos". Era la manera más simple de decir que el Atlético había perdido, probablemente, el tren de la Liga.Pero el derby no sólo enterró al Atlético, también le hizo pagar caro a Antic sus frases desafiantes de la víspera. Había realitivizado el liderato del Madrid, cuestionado su juego y hasta lanzado algún farol. El conjunto blanco, o Raúl, fue contestando una a una todas las afirmaciones del técnico serbio en la víspera.

"Por calidad-precio, se puede decir que ya hemos ganado". Cuando Antic pronunció esa frase, cargada de razón por el dinero invertido en fichajes por el Madrid con respecto al Atlético, no podía sospechar que iba a ser precisamente el jugador más barato (aunque tiene una ficha elevada, su incorporación no costó un duro; es un producto de la cantera) el que iba a decidir el encuentro.

"Nuestra filosofía es el grupo y el de ellos es un juego de individualidades". La actuación de Raúl vino a confirmar lo declarado por Antic, pero su afirmación se apoyaba en que el 88% de los goles madridistas los habían conseguido entre sólo tres jugadores, Suker, Raúl y Mijatovic. Y en el derby, dos goles fueron anotados por Seedorf y Víctor.

Se atrevió el preparador yugoslavo a dudar de la veracidad del carácter invicto del líder: "No siginifica que se trate de un equipo invulnerable. Muchos de sus resultados han sido engañosos. El Madrid no tiene la solidez que le quieren pintar". Pero el sábado, el conjunto blanco conservó su carácter de invicto y relativizó los números del Atlético. Le sacó de sus rachas: diez partidos sin perder y ninguna derrota con Caminero en el campo.

Para apoyar sus dudas sobre la eficacia del Madrid, Antic había lanzado un deseo: "Me gustaría ver cómo reacciona el Madrid después de un resultado adverso. Sobre todo, porque todavía no he visto cómo responde su primera línea ante la necesidad de desocupar espacios. Por eso me gustaría marcar primero". Pues el Atlético marcó primero y el Madrid le dio la vuelta al resultado. "En el campo no hubo tanta diferencia", se defendió ayer Antic, "pero se vio a un jugador ganador, Raúl, que decidió con su gran partido".

Hubo más pronósticos errados. Daba por hecho Antic que el Atlético cargaría con el peso del partido y, sin embargo, el balón estuvo más tiempo del lado blanco que del rojiblanco. El Madrid jugó más con la pelota que en otras ocasiones, aunque no producto de que el- Atlético renunciara al ataque. El Atlético salió a llevar la iniciativa.

Finalmente, el dato que más había contestado el técnico, esa especie de maldición que persigue al Atlético de Antic cuando se enfrenta al Madrid (le ha ganado siempre), el que más le enfurecía quedó refrendada. "Nosotros no tenemos complejos con ningún club de España ni de Europa".

Sí acertó Antic a la hora de señalar uno de los puntos débiles del Madrid: el juego aéreo. Fue por arriba, en un centro de rosca desde la derecha que cabeceó Kiko, por donde el Atlético consiguió el único tanto.

Las afirmaciones de Radomir Antic tal vez eran fundadas, pero Raúl se encargó de desarmarlas una a una.

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