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MARÍA TERESA CASTELLS | PROPIETARIA DE LA LIBRERÍA LAGUN

“Me siento muy desprotegida, pero no tiro la toalla”

En 1975, María Teresa Castells recorrió la Parte Vieja de San Sebastián para convencer a los otros comerciantes de que se sumaran a un cierre e n protesta por la condena a muerte de los etarras Txiki y Otaegi, Sólo cerraron tres tiendas. A ella la de tuvieron. Pasó un mes en la cárcel. Cinco años después, los simpatizantes de ETA reclamaron a los comerciantes de la Parte Vieja que cerraran en solidaridad con un joven que murió al estallarle la bomba que transportaba para un atentado. Sólo ella y otros pocos se negaron. Exactamente los mismos que bajo el franquismo habían cerrado para protestar por la condena a muerte de Txiki y Otaegi. Y los herederos de aquellos militantes de ETA les llamaron, en pintadas, esquiroles. EL PAÍS habló ayer con María Teresa Castells.

Pregunta. ¿Hay una lógica entre haberse enfrentado a Franco y hacerlo ahora a ETA y HB?

Respuesta. Sí que me parece que hay una lógica. A mí la violencia siempre me ha parecido mal. Nunca he justificado a ETA, ni bajo el franquismo. Quienes somos defensores de la libertad no podemos ser partidarios de posturas dictatoriales.

P. ¿Ha sufrido más atentados de los franquistas que querían impedir que se abriera paso la libertad o de los etarras que quieren enterrarla?

R. En tiempos del franquismo nos pasaron muchas cosas. Tuvimos varias multas por vender libros prohibidos. En las oficinas de Información y Turismo les solían decir a gente que trabajaba allí: "Hale, ir a Lagun a ver qué tener". Y venían a revisar los libros, a comprobar si todos tenían el sello. En una ocasión nos pusieron una bomba de plástico. Muchas veces nos rompieron los cristales. Una vez, dejé la piedra para que la viera todo el mundo, y la rodeé de ejemplares de Qué el búnker, editado por La Gaya Ciencia. Cuando de Txiki y Otaegi, pensamos se podía evitar muerte si nos movilizábamos.Fuimos por la Parte Vieja animando a cerrar las tiendas. Nos detuvieron. Luego. vinieron a que pagara una multa. Me negue y me llevaron un mes a la cárcel. Entonces tuve mucha solidaridad de la Parte Vieja.

P. ¿Y ahora? Después del atentado contra la librería en Nochebuena ¿alguna otra librería de la Parte Vieja se solidarizó?

R. No.

P. Y ¿le hiere, o le resulta indiferente?

R. Me es indiferente.

P. ¿Y el público? Desde ese atentado ¿ha habido más personas o menos que han acudido a la librería a comprar libros?

R. Estas Navidades ha sido impresionante el desfile de gente por la librería. Gente que nunca había venido. A veces no se podía ni entrar. La adhesión no podía emocionarnos más. Y han firmado en solidaridad Bernardo Atxaga, Eduardo Chillida, Miguel Artola, Javier Marías, Manuel Rivas... Mucha gente ha venido a decimos: "No os podéis ir".

P. ¿Siente la tentación de irse?

R. Por ahora no quiero. Me niego a tirar la toalla.

P. ¿Estáharta?

R. Hoy me siento cansada. Lo. veo todo negro. Un día pueden incendiar la casa, no sólo la librería. Muy cerca hay una carpintería.Pero... ¡son tantos años! Dejarlo me daría pena. Y sería una derrota. Me niego a: rendirme. Pero sí me siento muy desprotegida.

P. ¿Echa de menos una más rápida intervención de la Ertzaintza?

R. Pues sí. Por ahora no nos ha resuelto muchos problemas la Ertzaintza. Hubo una agresión por la tarde, y a la una de la madrugada hubo otra. Digo yo que si había ambiente de violencia y hubo una agresión podían haber dejado un coche de vigilancia... Me siento desprotegida.

P. Y ¿echa de menos una más activa reacción ciudadana?

R. Pues sí. No se trata sólo de la librería. No es el problema mayor. Fíjese cómo habrán pasado las Navidades Ortega Lara y Delclaux, y sus familias. Hay cosas que te ponen los pelos de punta: el otro día, a un chico que le estaban pegando una paliza a la puerta de su casa nadie le echó una mano. Se acercaron a ayudarle cuando sé fueron los que le pegaban.

P. Un diario vasco titulaba ayer, con motivo del noveno aniversario del Pacto de Ajuria Enea: "Los partidos se debaten entre la firmeza o el diálogo". Como ciudadana, ¿qué les reclama?

R. Que tengan las ideas más claras. Muchas veces, me parece que no se aclaran. No hay firmeza, no hay autoridad y así no puede haber libertad.

P. El presidente de la asociación de librerías dijo que el atentado contra Lagun en Nochebuena era un acto político. ¿Se sintió tratada como si fuera culpable en vez de, ser víctima?

R. De eso prefiero no hablar. Luego hubo una reunión y la asociación condenó el atentado.

P. A quien pretende situarse en la equidistancia ante las acciones terroristas ¿qué le diría?

R. Lo del poema de Bertolt Brecht: que cualquier día irán a por él.

P. Y ¿cómo va a protegerse de quienes van a por usted?

R. Yo tengo que esperar que sea el Estado democrático el que me defienda. Y no sentirme desesperada, como ahora.-

P. ¿Se siente libre?

R. No me siento nada libre.

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