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Una gripe de Ruiz Mateos retrasa una vez más el juicio de Rumasa

El juicio contra el ex presidente de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, sufrió ayer un nuevo retraso. En esta ocasión, la suspensión del proceso por la supuesta comisión de dos delitos de falsedad en documento mercantil no se debió a ningún, truco legal del acusado, como sucedió en 1989 y en 1994. El nuevo retraso se debió a un proceso gripal agudo del empresario, que permanece en la cárcel de Alcalá Meco desde el pasado día 2. La vista se reanudará el próximo jueves.

Los familiares y simpatizantes del empresario convirtieron los alrededores de la Audiencia Nacional, en la calle Génova, en una especie de pista de circo múltiple. El espectáculo se inició poco antes de las 10.30 de la mañana, hora fijada para el inicio del juicio. Un enorme automóvil con cortinas corridas y provisto de altavoz empezó a dar vueltas a la manzana. A todo volumen, la voz grabada del empresario desgranaba su acostumbrada letanía: "Malandrines. Cabroncillos. Mariconcillos. ¡Qué miedo... los jueces!. Supermán. Supermán. Un poquito de Ponche Soto y bombones Trapa para los jueces...".Mientras, ante las cámaras que permanecían en el exterior de la Audiencia se iban colocando familiares, miembros de la Agrupación Ruiz-Mateos y personajes curiosos. Unos repartían lazos amarillos y manifiestos; otros proferían gritos de "Ruiz-Mateos libertad" y otros desplegaban pancartas.

Hubo quien tocó la armónica y quien paseó ufano el símbolo de Rumasa, la abeja en su celdilla. Tampoco faltó el esforzado que demostró ir con el papel bien aprendido: esperó hasta entrar en la sala blindada del juicio y a la mínima ocasión lanzó la consigna de "este juicio es un teatro". Fue expulsado.

Insultos

Las hijas de Ruiz-Mateos presentes en la sala sólo levantaron la voz para llamar "sinvergüenzas" al presidente de la Sección Primera de la Sala de lo Penal, Siro García y al fiscal, Ignacio Gordillo, al término de la escasa media hora que duró la sesión. Su madre, Teresa Rivero, apareció poco antes de que acabara la vista.

La sesión apenas tuvo historia. El secretario del Tribunal leyó una comunicación remitida desde la prisión de Alcalá Meco en la que el médico de la prisión desaconsejaba trasladar a Ruiz-Mateos y dio cuenta de que la forense de la Audiencia, Leonor Ladrón de Guevara, había certificado que el preso padece "una afección gripal aguda", encontrándolo "pálido y ojeroso" con cefalea y "quebrantamiento general". A la vista del informe, los tres miembros del tribunal, Siro García, José Antonio Marañón y Manuela Fernández Prado aplazaron la vista. El abogado de Ruiz-Mateos, Marcos García Montes, pidió su prisión atenuada.

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