La oposición bloquea el centro de Belgrado con una manifestación motorizada
La oposición a Slobodan Milosevic demuestra tener más imaginación que el presidente serbio. Mientras que éste se aferra al poder, con reconocimientos parciales de la victoria electoral de sus adversarios en las elecciones municipales del pasado noviembre, la coalición Zajedno (Unidos) combate el frío cambiando las marchas de protesta a pie por una motorizada. Ayer lograron bloquear por completo el centro de Belgrado.Automóviles privados, camiones, autobuses de transporte y tranvías llenaron las calles de la capital serbia. Armados con silbatos, cacerolas y banderas de todos los colores, miles de simpatizantes de la oposición serbia abrieron sus capós para simular una avería general y tocaron con gran estruendo sus bocinas. El Ministerio del Interior serbio, que prohibió hace 10 días toda manifestación pública que "perturbara el tráfico", ha sido ridiculizado.
Uno de los líderes de la oposición, Vuk Draskovic, explicó en tono irónico la pasividad de la policía antidisturbios: "No están aquí para ayudamos. Los automóviles están averiados, la gente es pobre".
Zoran Djindjic, otro dirigente de Zajedno, dijo que con esta marcha se ha buscado una nueva forma de protestar. "Tenemos informaciones de que el régimen planea prohibir todo tipo de manifestaciones públicas a partir del día 12. Con esto, advertimos de que en Serbia, además de las plazas, existen muchos otros lugares en los que se puede expresar la protesta".
Los manifestantes convirtieron la protesta en un acto festivo y burlón. "Creo que son las bujías, no tenemos un duro para comprar nuevas", explicaba una mujer a un policía. Otro coche, de la marca Yugo, de fabricación yugoslava, portaba un vistoso cartel en el capó averiado: "Cuando sea mayor seré Ferrari".
La marcha coincide con el 47º día de protestas callejeras contra el fraude electoral en las municipales, en las que se anuló la victoria opositora en la capital y en otras 14 ciudades. La Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) ha reconocido esta victoria y ha instado a Milosevic a hacer lo mismo. El presidente, tras cinco semanas de presión, admitió la victoria en tres ciudades y en nueve distritos de Belgrado. Ni la OSCE ni la oposición consideran suficiente este gesto. Zajedno estudia el siguiente paso: la desobediencia civil.
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