El duque de Edimburgo hace apología de las armas

"Las pistolas no son más peligrosas que las mazas de críquet". Con esta frase, extraída de unas declaraciones emitidas ayer por el programa de la BBC Radio 5 Live, el duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra, se convirtió en el blanco de las iras nacionales. Los padres de los niños asesinados en marzo pasado en la localidad escocesa de Dumblane le tildaron de necio y duro de corazón. La oposición laborista fue menos delicada. George Robertson, uno de sus diputados, no tuvo reparos en calificarle de "aristócrata trasnochado y fuera de onda". Hasta los comedidos liberal-demócratas admitieron que no debió criticar la pretensión del Gobierno de prohibir gran parte de las armas de fuego, porque los rescoldos de la matanza arden aún. Cuando la tensión se convirtió en insoportable, el palacio de Buckingham tomó una decisión inusitada: emitió un comunicado oficial con las disculpas del padre del príncipe de Gales.La nota subrayaba que el duque no pretendió nunca herir los sentimientos de los supervivientes. "Simpatiza con ellos como cualquier ciudadano, y lamenta haberles molestado". El educado tono palaciego no calmó los ánimos de las familias que perdieron a sus hijos en el tiroteo. Ann Pearston, una de sus portavoces más locuaces, se llevó las manos a la cabeza ante las cámaras de televisión. "¿Cómo es posible que compare a un jugador de críquet o a un tenista con un aficionado al tiro? ¿Cuándo ha entrado uno de aquéllos en un gimnasio dispuesto a matar a niños inocentes?", repitió furiosa.