Ni la Cruz Roja
EL TERRIBLE asesinato en Chechenia de la enfermera española Fernanda Calado y de otros cinco miembros del equipo de la Cruz Roja Internacional destacado en aquel país demuestra que en este tipo de conflictos nadie está a salvo. Ni siquiera la Cruz Roja y sus abnegados y neutrales empleados que, en principio, todas las partes deberían estar interesadas en proteger. Ésta es una de las caras más repugnantes de conflictos armados modernos. A falta de aclarar quiénes han sido los autores de acción tan lamentable, sí parece claro que buscaban resonancia internacional, aunque fuera para un crimen anónimo. Queda patente que, en vísperas de las elecciones presidenciales previstas para el 27 de enero, el conflicto de Chechenia sigue sin cicatrizar, y por sus heridas de tiempo en tiempo vuelve a surgir sangre. Ahora bien, ni esta acción ni la captura de policías rusos por radicales chechenos parecen poder provocar una vuelta a la guerra, que no desean ni Moscú ni los independentistas que ahora gobiernan en Chechenia.
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