Induráin
Induráin no desentona en este panorama de grandes favoritos para el Tour. El navarro hace prácticamente lo mismo que otros años, aunque aún no haya decidido si sigue. Está un tiempo en Navarra, donde ya se entrena cuatro horas diarias y con cierta dureza los días que no se va a cazar jabalíes a Yesa, y si hace malo se baja a su casa de Benidorm para seguir entrenándose por los alrededores. Es lo que tiene diciembre. Quitando a los que ya van como locos para terminar su preparación invernal en febrero con más de 10.000 kilómetros en sus piernas, los demás se lo toman con calma. La forma de pasar diciembre de Induráin no significa nada: si sigue, da lo mismo, ha hecho lo que otros años, lo mismo también que sus posibles rivales; si no sigue, más de lo mismo: nadie que se retire puede dejar la bicicleta de golpe, tiene que seguir haciendo excursiones para que el organismo se habitúe paulatinamente a la inactividad. Como dicen sus próximos, Induráin puede tomar la decisión hasta en marzo. Poco influiría el retraso en su rendimiento en julio. Siempre que no se olvide de la bicicleta.
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