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Entrevista:

"Hago una radio plácida, no me gustan los programas apocalípticos"

Rosa Rivas

Ha sido una sorpresa en el último Estudio General de Medios El periodista y escritor canario Fernando G. Delgado ha dado en la diana de la audiencia (936.000 oyentes) con A vivir que son dos días, programa de la cadena SER que él dirige y presenta desde el pasado septiembre y que es el magazine líder del fin de semana. Con una nueva y exitosa aventura radiofónica en las ondas privadas, la voz del premio Planeta 1995 (La mirada del otro) se ha curado la herida de lo que él llama su "salida traumática" de RTVE, que se produjo poco antes del verano, tras 27 años en la radio y la pantalla estatales.Pregunta. ¿El novelista de No estabas en el cielo, se encuentra ahora en el cielo como periodista?

Respuesta. Buf! Sentía una enorme responsabilidad ante este primer sondeo del EGM. Conseguir en un período de cambio del programa una audiencia así me parece doblemente importante. Era de algún modo la reválida de mi trabajo. Nos dirigimos a un público muy diverso, a un público rural y ciudadano. Me preocupaba que mi forma de hablar y de contar pudiera parecer elitista o distante. De todos modos estoy acostumbrado a que lo que hago al principio resulte raro. En realidad no hago otra cosa que comportarme como soy, y el resultado es de una cierta extrañeza inicial, pero luego cala en el público.

P. ¿Y en su manera de ser radiofónica han influido las opiniones de los oyentes?

R. Más que sus respuestas han influido las reflexiones que uno se hace. Más que hacer concesiones, te flexibilizas en el sentido de tratar de llegar lo más posible a la gente. Eso no se consigue sólo a base de consultarles, sino relajándote, tratando de ser lo más directo posible. Creo que la radio es el medio más vivo, cálido y espontáneo de todos.

P. ¿Cómo se puede llegar por igual a públicos diferentes?

R. Es difícil. En la audiencia rural tenemos que pensar más. Yo, como vivo entre la ciudad y el campo, pienso en mis vecinos más inmediatos del pueblo. Pero no siempre te acuerdas; suele estar más inclinada la balanza a la comprensión de los intereses urbanos. Esto es un pecado general de todos los medios, no sólo de la radio. El público rural ya está acostumbrado a eso también y pide que se le cuenten cosas del mundo; al final tiene una exigencia más cosmopolita.

P. ¿Por qué en su grupo de tertúlianos, como pasa en otros programas, la voz mayoritaria es masculina?

R. Precisamente es algo que me preocupa y quiero incorporar más mujeres a las tertulias y a otras secciones del programa.

P. ¿Qué le piden sus oyentes?

R. Hay contenidos que interesan mucho, como el cine y también los asuntos de ocio. El fin de semana crea su propia actualidad. Me interesa darle al programa una dimensión más en línea con la vida que con la expresión política de la sociedad.

P. Ahora que vive un idilio radiofónico, ¿aceptará propuestas televisivas?

R. No tengo planes televisivos. En otro momento los hubo, pero ahora no. Tengo alguna cosa esporádica, como La noche de Paul Auster« (Canal +), pero con la radio y las colaboraciones en prensa tengo bastante. Ahora quiero dedicarle más tiempo a la escritura.

P. ¿Y qué hay de su relación con el cine?

R. Pues va bien. Probablemente estas Navidades se empiece a rodar la película basada en mi novela La mirada del otro.

P. Es usted un profesional de amplio espectro.

R. Los periodistas somos periodistas, estemos en el medio que estemos. Aunque a mí me gusta más la letra impresa que lo audiovisual, la radio es como estar en casa.

P. En su casa radiofónica actual ¿vivirá más de dos días?

R. Eso espero. Creo que he llegado al lugar adecuado en el momento oportuno. La SER ha conseguido una mirada social con la que yo me identifico. Soy una parte más de esa voz que estamos consiguiendo entre todos. Esta cadena tiene un buque insignia, Iñaki Gabilondo, que ha hecho que muchos oyentes mantengan el dial puesto aquí. Eso nos favorece a los demás.

P.¿Se puede hablar de una imagen de radio?

R. Sí, damos una imagen coherente, para los que no quieren una radio chirriante ni groseramente peleona. Hacemos una radio más plácida, que permite abordar las distintas caras de la vida con una visión actual y una crítica situada en niveles de credibilidad y sentido común. No me gustan los programas apocalípticos.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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