Anguita acusa a Aznar y González de haber pactado "domesticar a la justicia"
La cumbre de Dublín, los funcionarios, la polémica de la Audiencia Nacional, las negociaciones con el PSOE, las mujeres progresistas, los okupas y, sobre todo, Maastricht. Julio Anguita no deja ni un palo por tocar en el informe que presenta hoy en el Consejo Político de IU y en el que achaca a un "indisimulable pacto" entre José María Aznar y Felipe González un anuncio de reforma de la Audiencia Nacional que busca "domesticar a la justicia". Nueva Izquierda, por su parte, retiró ayer de su documento sobre el diálogo de la izquierda el párrafo en el que anunciaba el envío de una propuesta de contacto al PSOE e Iniciativa per Catalunya.
El de Anguita no es un informe condescendiente. Es un panorama áspero y oscuro sobre el que el coordinador general deja caer su mirada inquisidora. Nada se salva de su análisis y, en esta ocasión, incluye algunos temas hasta ahora no tratados, como el movimiento okupa. En otros casos profundiza sobre. puntos que ya han sido objeto de debate.El documento es especialmente agrio cuando aborda la polémica sobre la Audiencia Nacional. El mismo título del apartado -La Justicia: crónica de una degradación- ya anuncia por donde van a ir los tiros. Y van. Anguita no decepciona. Y apunta con bala en las escasas 30 líneas con las que despacha su visión sobre la situación de la Justicia. Se refiere a presiones sobre el Poder Judicial para hacer "ineficaz su función en todo lo que atañe a la depuración de responsabilidades" por corrupción, fondos reservados, GAL... Denuncia "manipulación en el nombramiento de ciertos magistrados". Y no deja fuera a nadie. Porque aquí descubre una ofensiva contra la Audiencia en la que están metidos el PP, el PSOE y la presidencia del Congreso.
No se para en barras. Anguita habla, de control de jueces y magistrados y asegura que toda esta operación "culmina con la tentativa, más o menos disimulada, de remover de sus puestos a los fiscales que, precisamente, más se han destacado en la defensa del Estado de Derecho". Ya lanzado, el líder de IU denuncia que se trata de "domesticar a la Justicia para que, con una teatral actuación que aparenta una seria búsqueda de la verdad, se haga realidad la impunidad de los responsables de estos atentados contra el sistema democrático". ¿Los culpables? José María Aznar y Felipe González, a los que acusa de un "indisimulable pacto".
Al hablar de las recientes movilizaciones, fundamentalmente del sector público, Anguita comienza por mostrarles su apoyo, pero subraya: "Estamos ante una lucha social compleja e insuficiente". Critica que no esté cohesionada con otros colectivos y afirma que, para que tenga éxito, ha de enmarcarse en un modelo global y ha de tener como principal objetivo el rechazo de los criterios de convergencia de Maastricht, verdadera causa de la política de Aznar.
La pluralidad, en juego
En otras partes del texto, Anguita se refiere a las conversaciones con el PSOE y a intentar acuerdos parlamentarios con los socialistas. Pero donde hoy se abrirá la polémica será en el punto del orden del día que hace referencia a la integración en IU de Nueva Izquierda. Todo parece indicar que será el propio Anguita quien, en contra de lo acordado en la última reunión de la Presidencia Federal, pida que se retrase el ingreso o el rechazo hasta que el asunto sea debatido por los órganos de dirección de IU.A última hora de ayer la dirección de Nueva Izquierda decidió retirar de su documento sobre el diálogo de la izquierda el párrafo en el que se decía que iban a enviar una propuesta de contacto al PSOE y a IC. El polémico párrafo era la piedra de toque para quienes pedían que la decisión sobre la formación que lideran Diego López Garrido y Cristina Almeida no se tomara en la reunión de hoy y se aplazara para más adelante.
Juan Berga, portavoz del PDNI, confirmó anoche a Europa Press que con la retirada de ese párrafo desean evitar la polémica, indicando que debe ser en el futuro cuando se discuta la autonomía de los partidos.
Diego López Garrido, el secretario general de Nueva Izquierda, no creía ayer que se pudiera proponer el aplazamiento de esa decisión. A su vez, la presidenta, Cristina Almeida, aseguró en Segovia que lo que está en juego es si se quiere o no garantizar la pluralidad dentro de la coalición de izquierdas.
Almeida, que habló de la Constitución a cerca de un centenar de alumnos del instituto María Moliner, dijo ante los periodistas que no tendría mucho sentido que se mantuviera la corriente dentro de IU y no pudiera integrarse el partido, informa Aurelio Martín.
Además, Almeida insistió en que la gran batalla es abrir horizontes: "Como estoy convencida de que la mayoría de la gente de IU -que no es sólo la pequeña tendencia dentro del PCE que puede estar en contra- no está por que desaparezca la pluralidad, no nos echarán".
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