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Chirac anuncia una reforma de la justicia para separarla del Gobierno

Enric González

El presidente francés, Jacques Chirac, anunció anoche una reforma judicial para liberar a los tribunales de la actual dependencia del Gobierno. "Creo que un sistema por el que uno o varios altos magistrados rigieran el sistema judicial, en lugar de hacerlo el Ministerio de Justicia, tendría más ventajas que inconvenientes", dijo. Chirac esgrimió esa inesperada reforma del poder judicial durante una larga entrevista televisada ayer, tras ser preguntado sobre los numerosos sumarios abiertos a personalidades de su propio partido gaullista, la Reagrupación para la República (RPR), por financiación ilegal, y sobre los intentos gubernamentales de obstruir la acción de la justicia.

Antes de anunciar la reforma del sistema judicial, que en todo caso debería ser largamente sopesada por una comisión, el presidente francés abordó los problemas de su propio partido con la justicia. "Los 11 sumarios e informes judiciales abiertos acerca de la financiación del partido corresponden a supuestas infracciones de leyes ya superadas", dijo, "y mientras no haya condenas, yo considero inocentes a todos los procesados".Negó Chirac que su Gobierno hubiera obstruido la acción de la justicia, pese a los ejemplos que le fueron presentados por los entrevistadores, pero reconoció que Francia atravesaba "una crisis de la moral cívica" y un ambiente de "sospecha generalizada" que afectaban tanto a los partidos como a las empresas y los ciudadanos.

Chirac no ahorró críticas a los franceses. Francia, dijo, era un país "inadaptado y esclerótico", "profundamente conservador", "incapaz de aceptar las reformas", tendente a "esperar del Estado soluciones a todos los problemas" y "con mucho miedo al futuro". También lamentó la incapacidad para el diálogo demostrada por su primer ministro, Alain Juppé, y su Gobierno.

Sin cambios

Pero reafirmó que Juppé se mantendría en el cargo pese a su impopularidad y a errores como la privatización fallida de Thomson. Chirac rechazó, por el momento, una remodelación del Gobierno que parecía segura hasta hace unas semanas: "Juppé impulsa una política difícil, impopular, pero necesaria, y admiro su valentía", declaró.Chirac no se dirigía a los franceses desde el pasado 14 de julio. Tras ese largo silencio, aportó muy poco de nuevo y, en ese sentido, resultó decepcionante. Con el país inmerso en una profunda y ya larga depresión, se esperaba algún tipo de iniciativa presidencial.

El tono de su intervención fue defensivo y desembocó constantemente en el argumento de que no existía otra política posible alternativa a la aplicada por el Ejecutivo que encabeza Alain Juppé. No había alternativas, insistió el presidente francés, a la austeridad presupuestaria, la reforma del Estado y la creación de la moneda única. Sobre esta última cuestión, descartó absolutamente toda posibilidad de variar el actual tipo de cambio del franco con el marco: "Eso supondría una crisis como nunca hemos visto, una crisis que haría estallar el proceso de construcción europea", remachó Chirac.

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