LOS 700 AÑOS DEL PRINCIPADO DE MÓNACO
Será un haraquiri de armarios y recuerdos el que hagan los Grimaldi en Roma a partir del próximo día 19 y hasta el 3 de marzo. La diadema de Van Cleef que Grace llevó cuando Carolina creyó unirse para toda la vida a Philippe Junot; el traje de novia de Grace, traído expresamente de Filadelfia; las muñecas de Carolina, los retratos de los Grimaldi: 300 trozos de historia que se expondrán en la capital italiana en 2.000 metros cuadrados del Vittoriano, en plenos foros imperiales -que no les falte de nada-, con motivo de la muestra Los 700 años del Principado de Mónaco: de 1297 a 1997. Estarán en carne mortal Raniero y su nunca rematado heredero Alberto -las dos chicas no figuran en las previsiones-, y hay ya más que codazos por las 300 entradas para la inauguración, a la que asistirá el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro. Los codazos pasan a mayores para adjudicarse una de las 500 invitaciones a la cena en el palacio Doria Pamphili, porque será comer bajo el mismo techo que ellos mismos. Alessandro Nicosia, ideador de la exposición, participó en un concurso internacional para llevarla a cabo con su Gruppo Prospettive, y la muestra irá después a París y Nueva York. Se verán archivos, uniformes, recuerdos de la era napoleónica -entre ellos un busto del emperador hecho por Canova-, muebles, objetos de decoración, monedas, medallas y demás objetos de artes y tradiciones, con un capítulo especial para el casino de Montecarlo -honor al balón de oxígeno del Principado- y otro para el Museo Oceanográfico. En el apartado dedicado a los deportes se expondrá el casco de Ayrton Senna. El todo Roma está ya acicalándose para el acontecimiento. Dicen las crónicas -que parece que no se enteran, la verdad- que Alberto está muy cotizado entre las damas romanas por su soltería, y ellas no se dan paz, creyendo que pueden pillar otro Grimaldi que no sea el padre.-
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