Sobre el Acueducto de Segovia

En EL PAÍS del pasado 22 de noviembre de 1996 venía un excelente y extraordinario reportaje sobre el Acueducto de Segovia. En ese relato se explicaba que el investigador alemán Geza Alföldy, de la Universidad de Heidelberg, había conseguido descifrar la importante inscripción en latín que hubo en el monumento segoviano. Este monumento fue construido, seguramente, entre los años 81 y 117 de nuestra era. Por tanto, radica en Segovia y pertenece a nuestro patrimonio artístico desde hace 1.900 años, aproximadamente. Con el investigador alemán también colaboró en sus trabajos el fotógrafo Peter Witte, del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid. Probablemente, estas actividades -investigadores alemanes enseñándonos y descifrando nuestro patrimonio artístico son, todavía, una anécdota dentro del panorama científico español.

Si nuestros, planes de estudios (véase EL PAIS del 5 de noviembre de 1996), sistemáticamente, van reduciendo y eliminando aquellas asignaturas relacionadas con las humanidades, y desde el ministerio se presiona, en cierta medida, a que nuestros estudiantes se inclinen por ser técnicos e informáticos (hay guarderías que ya imparten informática a los niños de cuatro años), la anécdota del Acueducto de Segovia se convertirá en el representante genuino de esa categoría de comportamientos.

Como persista la tendencia actual, muy pronto tendremos que reclamar constantemente la presencia de científicos extranjeros para que nos muestren y descifren la grandeza de nuestro patrimonio, ya que a los licenciados, doctores y catedráticos españoles eso del latín o el poema de Mío Cid les sonará a chino- Juan Luis Mosquera.