"Hay que distribuir mejor los beneficios de la globalización"
La llamada de un ministro retrasa casi media hora la entrevista. En el primer piso del centro William Rappard, sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) nada indica que la joven organizaión, que vino al mundo en enero e 1995, está a punto de pasar el primer examen de reválida entre el y 13 de diciembre en Singapur. Renato Ruggiero, que fue ministro de Comercio de Italia y es ahora director de la OMC, concedió una entrevista a EL PAÍS poco antes de viajar a la primera conferencia ministerial que celebra la organización.Pregunta. Uno de los resultas más importantes de la proxima reunión debería ser la adopción de una declaración ministerial que pusiera de manifiesto el consenso entre los 125 países miembros de la OMC. A su juicio, cuál debería ser su contenido?
Respuesta. El hecho de que sea primera cita política de la institución que aborda los problemas e la mundialización la hace muy teresante. Pero no hay que esperar decisiones espectaculares. Haría que enviar un mensaje en el que se mencione el éxito del sistema de comercio multilateral y los problemas encontrados a la hora e aplicar la Ronda Uruguay. Somos una institución con 125 países, con civilizaciones, culturas y grados de desarrollo diferentes y estamos adoptando decisiones extremadamente complejas consensuadamente.
P. ¿Está de acuerdo en incluir en la declaración una referencia a cláusula social, como lo piden estados Unidos y algunos países e la Unión Europea?
R. Hay que entenderse bien. Qué queremos hacer, defender a s obreros de fábricas en los países industrializados que no son rentables o ayudar a otras poblaciones necesitadas? Si optamos por la primera solución, hay que protegerse, pero si, por el contrario, preferimos la segunda, hay que liberalizar el mercado y permitir a esos países exportar y aumentar sus ingresos. Nosotros tratamos de buscar una alternativa y decimos que los problemas de fábricas no competitivas pertenecen a los países industrializados.
P. ¿No se aprovecha a menudo la falta de una legislación laboral para trasladar una empresa en busca de mano de obra barata?
R. ¿Qué podemos hacer? Hay que seguir la vía que hemos emprendido,que ha mostrado que en países como Corea del Sur se han aumentado las condiciones de vida de los trabajadores gracias a la liberalización del comercio.
P. ¿No cree que la globalización está amenazando los logros conseguidos en los países industrializados?
R. La diferencia entre su generación y la mía es que nosotros teníamos ideales, éramos mucho más optimistas porque había muchas cosas en las que creer, queríamos cambiar el mundo.
P. ¿Puede creer un joven en un sistema que le niega un empleo?
R. Le voy a decir lo que hay que hacer. Creer en lo que estamos haciendo. Hay que tener la capacidad de adaptarse. Mire la victoria de Clinton en Estados Unidos, ¿por qué cree usted que ha ganado? Porque ha sabido dar a la gente la percepción... Ha creado 10 millones de empleos y nosotros no hemos sabido hacer lo mismo en Europa. Hay que aceptar los desaflos, hay que aceptar el hecho de que estamos mundializando la economía y debemos adaptamos a esta nueva situación. Europa está haciendo un ajuste estructural para cumplir el Tratado de Maastricht y se ha olvidado de que hay que hacerlo en el marco de una economía mundializada. La pérdida del empleo, la disminución del papel de Estado es una parte del ajuste, no es todo el ajuste.
P. ¿Qué sugiere usted?
R. No quiero hablar de Maastricht, quiero simplemente disminuir su pesimismo. Nunca antes había habido 3.000 millones de personas en el mundo con un nivel de vida como el actual. Es cierto que todavía hay situaciones terribles. El problema es la repartición y no la mundialización. Estamos llevando a cabo una liberalización comercial que aumenta los ingresos. Lo que hay que hacer es distribuirlos y acompañar la mundialización con reglas consensuadas.
P. ¿No estamos viviendo en la dictadura del capital?
R. En absoluto, el problema es que los Estados y las organizaciones internacionales deben hacer su trabajo para distribuir mejor los ingresos. Debemos hacer que crezcan los recursos liberalizando la economía. 4.000 millones de personas están entrando en la economía de mercado, en la producción y el consumo. O tenemos un sistema globalizado que les permita entrar en el sistema o habrá una revolución mundial.
P. ¿Cuál es el balance de los dos años de la OMC?
R. La gran novedad es que hemos puesto en marcha un sistema automático y vinculante para la solución de diferencias, que está funcionando muy bien. Hay varios hechos que lo certifican. Por primera vez, pequeños países en desarrollo han denunciado las prácticas comerciales de las grandes potencias y han ganado.
P. ¿Y qué pasará con los capítulos sobre servicios en los que aún no hay acuerdos?
R. En los servicios financieros hay un acuerdo, aunque Estados Unidos ha solicitado un plazo para meditar. El de las telecomunicaciones está próximo; ha habido problemas con España y ahora esperamos que se superen y lleguemos a un acuerdo histórico.
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