"Mi hijo estará orgulloso de mí"

Miró al cielo. El gol que acababa de marcar era para él, para su hijo Andrea de dos años. Pedja Mijatovic había logrado su objetivo. El pequeño, ajeno a todo, dormía en su cama de la clínica de La Paz. "Ha sido un partido muy especial para mí. Estoy seguro de que mi hijo estará orgulloso de mí cuando sea mayor". Mijatovic sacó fuerzas de flaqueza para jugar ante el Barcelona. Desde el miércoles, cuando su hijo fue operado de urgencia, el delantero vive entre los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva y la cabecera de la cuna de Andrea. "Ahora me queda otro partido más difícil. Espero que mi hijo también lo gane".

Mijatovic, con los ojos rojos por la emoción, añadió: "Quiero decir que tengo los mejores compañeros del mundo. El ambiente que se vive en el vestuario del Real Madrid no tiene comparación con ningún equipo del mundo. Antes del partido, en el túnel todos me dijeron que iban a dedicar el triunfo a mi hijo".

Pero, nadie como su amigo Davor Suker sabe lo que Mijativic está pasando: "Han sido unos días muy difíciles para él. Deseo que su hijo esté pronto en casa. Mi gol también ha sido para él, por supuesto. Espero que entre todos le demos la fuerza que necesita". Éste fue el 13º gol del croata, que, de esta manera, iguala a Ronaldo. "Este es el partido que siempre había soñado jugar. La gente nos pedía un 5-0, pero eso es muy difícil en estos partidos. Jugando así como lo estamos haciendo hasta ahora es muy difícil que nos ganen. Creo que si continuamos trabajando así vamos a conseguir nuestro objetivo final, la Liga".

Fernando Hierro y Mijatovic se encontraron a solas en el vestuario. El capitán se quitó la camiseta y se la dio a su compañero. "Me la ha dado para que la lleve mi hijo cuando sea mayor. Estas cosas no se pueden olvidar en la vida, como cuando marqué el gol y todos fueron a celebrarlo conmigo o los gritos de la afición coreando el nombre de Andrea. Aunque llevo poco tiempo, este club se ha ganado mi amor de por vida".