La declaración de tres niños convierte un supuesto accidente en un crimen
La pista no era tan menor. Cuando el 27 de noviembre Encarnación L. B., de 37 años, quedó en estado crítico al caerse de un tercer piso en Mejorada del Campo, la Guardia Civil no tuvo demasiadas dudas: era un accidente o un intento de suicidio. Y así se habría seguido el caso de no ser por el inesperado testimonio de tres niños, de 9 y 10 años. Los críos declararon que justo después de la caída un "hombre con barba" se había asomado al balcón desde el que se había caído Encarnación. Esta pista condujo a la detención por intento de homicidio del compañero de la víctima.
Los tres niños, que habían visto lo ocurrido mientras jugaban en la calle, sorprendieron a la Guardia Civil. Aquello del "hombre con barba" asomado al balcón suponía un cambio en la investigación, ya que abría la posibilidad de que Encarnación no hubiese caído por voluntad propia o accidente.Las sospechas, siempre según fuentes cercanas al caso, recayeron entonces en Rafael Lozano Villaseñor, de 37 años, supuesto compañero sentimental de la víctima.
Ese mismo día fue llamado a declarar al cuartel de Mejorada del Campo (14.000 habitantes). El hombre acudió voluntariamente y, aunque se mostró agresivo, habló. Lo que dijo ante los agentes no ha trascendido, pero del cuartel salió directamente a la unidad psiquiátrica del Gregorio Marañón. "Los guardias civiles consideraron que su estado mental no era equilibrado", indicó una fuente policial.
Tras esta medida, el caso pasó a manos del titular del Juzgado de Instrucción número 3 de la zona, Adolfo Carretero, que reactivó la investigación.
Rencilla conyugal
Nada más recibir las diligencias, el juez se dirigió al hospital de la Princesa, en cuya unidad de cuidados intensivos estaba ingresada Encarnación. Allí, bajo supervisión médica, tomó declaración a la mujer.Encarnación, a duras penas, manifestó que había sido tirada por el balcón tras una rencilla de pareja. El testimonio de los críos había sido corroborado por la víctima.
El juez dejó a Encarnación para encaminarse hasta el hospital Gregorio Marañón. Le acompañaba una comisión judicial, con forense incluido. Al llegar al citado citado centro sanitario, siempre según fuentes de la investigación, los médicos acababan de dar el alta psiquiátrica al detenido. Se le consideraba, por tanto, con capacidad plena sobre sus actos. El juez Adolfo Carretero ordenó su ingresó en prisión por un supuesto intento de homicidio.
La víctima, según los vecinos, tenía dos hijos y trabajaba en casa. A causa de la caída sufrió politraumatismos severos y una fuerte hemorragia interna. Aunque los médicos no temen por su vida, Encarnación aún permanece en la unidad de cuidados intensivos del hospital de la Princesa.
En dicho centro la visita su familia, cuya versión trató, sin éxito, de recoger este periódico. El detenido, según fuentes policiales, carece de empleo.
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