Aznar frena en seco la propuesta de Trillo de abrir un debate político para reformar la Audiencia

El presidente del Gobierno, José María Aznar, frenó ayer en seco la propuesta del presidente del Congreso, Federico Trillo, de abrir un debate político para afrontar una profunda reforma del Poder Judicial. Tras encargar a su portavoz, Miguel Ángel Rodríguez, que aprovechara la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para enviar un nítido mensaje de prudencia a Trillo, él mismo se encargaba, desde Bruselas, de que el mensaje llegase con nitidez. Aznar apeló a la prudencia de "todos". advirtió contra la tentación de buscar soluciones "en caliente" a la Audiencia Nacional y argumentó que el debate que propone Trillo corre el riesgo de discurrir "algo desenfocado". El portavoz parlamentario del PP, Luis de Grandes, que por la mañana había suscrito la iniciativa de Trillo, por la noche daba por "acabado" el debate.

Federico Trillo actuó por libre, el miércoles por la mañana, cuando en su intervención en el programa Los Desayunos de Radio Nacional alertó contra 11 un cierto deterioro" en la justicia y propuso, a renglón seguido, la apertura de un debate político en el Parlamento para abordar una profunda reforma del Poder Judicial. "Hay que limitar y airear la Audiencia Nacional", llegó a decir. Ayer, tanto el Gobierno como el PP le dejaron solo."Es necesario ser prudentes; pediría a todos rigor y serenidad en el cumplimiento de su labor", dijo el jefe del Gobierno en clara referencia a las manifestaciones del presidente del Congreso. Aznar ha desautorizado a Trillo por razones políticas. No quiere iniciar ahora, en contra de lo que defiende Trillo, un debate público sobre la reforma del Poder Judicial ni abrir, con ello, un nuevo frente en el estamento de la judicatura. Su posición la expresó con mayor contundencia el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez: el Gobierno lo que pide a los jueces es "seriedad, rigor, celeridad, eficacia y responsabilidad".

Aznar, que asistió en Bruselas a una reunión del consejo político del Partido Popular Europeo (PPE), insistió: "Quiero que la Audiencia trabaje con rigor, serenidad y eficacia. Al presidente del Gobierno lo que le interesa es que uno de los principales poderes del Estado funcione con normalidad. Es necesario ser prudentes y pediría a todos rigor y serenidad en el cumplimiento de su labor".

"Excesivo e injusto"

En La Moncloa no ha gustado nada la propuesta de Trillo, que atenta contra el estilo que Aznar quiere imprimir a su política. El presidente del Gobierno mantiene la posición de no afrontar los problemas en caliente. Su táctica es actuar unas vez que el tiempo los ha enfriado. Los ejemplos son ya múltiples. El último lo representa la crisis con Cuba, que Aznar está dejando congelar con el silencio.1 Ante la situación conflictiva de la Audiencia Nacional, en la que se ha desatado un enfrentamiento interno que afecta tanto a jueces como a fiscales, Aznar se opone a medidas drásticas, como la que propuso el ex ministro socialista de Justicia Juan Alberto Belloch de suprimir este órgano judicial. Incluso la sugerencia de un debate público hecha por Trillo le ha parecido mal. Medidas de ese tipo las considera "excesivas e injustas", aunque admite que le "preocupa" la situación de la Audiencia.

Pero en La Moncloa no ha sorprendido la posición de Trillo, un político que está demostrando ir un tanto por libre y que no pertenece al núcleo de confianza de Aznar. Su elección como candidato a la presidencia del Congreso cuando las quinielas le apuntaban como ministro de Justicia tiene precisamente esa explicación. Con la propuesta de reformar el Poder Judicial Trillo ha querido hacer valer su papel, según la interpretación que se hace desde la cúpula gubernamental. Pero le han frenado en seco. Aznar no dudó ayer en calificar de "desenfocada" la polémica abierta con sus contundentes manifestaciones.

Aun así, el presidente del Congreso reiteraba ayer mismo su propuesta, con nuevos argumentos, sobre la Audiencia Nacional: "Se creó hace veinte años pensando en una serie de problemas y necesita una revisión de sus competencias, de su funcionamiento, incluso de la forma de integración de su personal. Sinceramente, creo que hay que limitar y airear la Audiencia Nacional". También precisó que su propuesta no se limita a la reforma de la Audiencia. La extendió a los órganos de gobierno del Consejo General del Poder Judicial y a la Ley de Enjuiciamiento Civil y Criminal.

En nuevas declaraciones a Antena 3 Televisión y Radio Nacional volvió sobre sus críticas acerca de los jueces estrella, a los que considera un síntoma de la actual crisis que sufre la justicia. "La justicia se ha representado siempre como una diosa con los Ojos tapados. Los jueces sólo tienen que hablar en forma de autos y sentencias y no pueden mantener relaciones epistolares con el Parlamento o cuestionar el resto de las instituciones en conferencias".

No hay pacto de silencio

En un terreno estrictamente político, Trillo negó que su propuesta tuviera como pretensión "un pacto de silencio" entre los partidos sobre los casos GAL y Banesto, en contra de lo que han sugerido algunos dirigentes de IU y el PNV. "Como miembro del PP y presidente de las Cortes creo que en el GAL hay que llegar hasta el final. No se pueden tapar las cosas. Estoy absolutamente convencido de que no ha habido ningún pacto, ni expreso ni tácito, entre el Gobierno del señor Aznar y el anterior Gobierno del señor González. Ni mis declaraciones ni ningún paso que se dé sobre la configuración del Poder Judicial obedecen a ningún pacto".El presidente del Grupo Parlamentario Popular, Luis de Grandes, apoyó inicialmente las palabras de Trillo, poniendo una vez más de manifiesto el déficit en la coordinación entre el Gobierno y su grupo parlamentario. Pero acabó dando marcha atrás.

Por la mañana, en el Congreso, De Grandes habló con soltura: "La reflexión de Trillo es oportuna. No se trata de una crítica, que en modo alguno formula a ninguna institución. Lo que dice es que es el momento de preocuparse y reflexionar". El portavoz del PP llegó a sugerir que el Gobierno debe impulsar esta reforma, y aventuró su criterio de que habría próximos contactos con los grupos parlamentarios, "de forma oficial u oficiosa", para debatir sobre la inicitiva.

"El Gobierno tendrá que meditar como impulsor del trámite que convenga en cada instante y los grupos parlamentarios podemos reflexionar serenamente para abundar en la necesaria recuperación del prestigio del Poder Judicial".

Por la noche, De Grandes cambiaba de sintonía. Tras el mensaje de Aznar, sus manifestaciones eran bien diferentes. "El debate se ha acabado", asumía categórico pese a seguir compartiendo la postura de Trillo. "Yo manifesté mi opinión, como portavoz, en el sentido de que la reflexión iniciada por Trillo merecía la pena y respondía a una indudable inquietud de la ciudadanía. Pero dije también que el Gobierno tendría que valorar la conveniencia de ponerla en marcha. Una vez que el Gobierno se ha pronunciado, no hay nada más que añadir".