El cirujano de empresas
Villar Mir quiere formar un fuerte grupo con la compra de Huarte y Sefanitro
Es incombustible. Su capacidad de trabajo solamente es comparable a su agenda. Juan Miguel Villar Mir ha creado un grupo empresarial aliñando tesón, esfuerzo y una buena dosis de maniobrabilidad en los círculos cruzados de la política y las finanzas. El Ministerio de Economía ha estado al tanto de la negociación para la compra del 24,9% de Huarte. El pasado jueves, Villar Mir cerró la operación en la que ha aplicado el mismo manual de siempre: hacer una oferta económica y prometer enderezar el rumbo de la empresa que hoy está a punto de levantar la mayor suspensión de pagos de la historia de la construcción española con un pasivo de 91.000 millones de pesetas.Ahora intentará fusionar Huarte con Obrascon para reforzar la pata de construcción dentro del holding Espacio, que ya tiene ramificaciones en los sectores inmobiliario, petróleo, energía y ferroaleaciones y químicas.
Mantener la tensión
Villar Mir, madrileño, de 65 años, nacido en el seno de una familia media, es capaz de batirse en varios frentes a la vez y mantener la tensión en todos ellos. En las últimas semanas ha compaginado la negociación para comprar Huarte con la pugna por la química vasca Sefanitro, donde los accionistas minoritarios se ha levantado contra sus "sibilinas artes".Pero él se autodefine como una persona que endereza y dirige empresas de un modo "muy profesional". No se recata de presumir de curriculum. Abogado, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos con el número uno, catedrático de Organización de Empresas, Villar Mir recuerda que a los 36 años fue presidente de Hidronitro, cuando esta sociedad estaba a punto de suspender pagos y "cambió totalmente la cuenta de resultados en dos años". A los 38 años es nombrado presidente de Altos Hornos de Vizcaya en la etapa de mayor esplendor de la siderurgia vasca. Como responsable de AHV tuvo un sueño: crear Altos Hornos del Mediterráneo, de infausto recuerdo porque supuso un desastre empresarial con un cierre accidentado y caro.
A caballo entre la economía y la política, desde sus primeros anos como profesional, Villar Mir dice que ni ha pertenecido a ningún partido político ni pertenecerá. Aceptó ser vicepresidente económico y ministro de Hacienda en el primer Gobierno de la Monarquía porque era un momento histórico, dice.
Después, recibe el encargo, por parte de Emilio Botín Sanz de Sautuola, de controlar Electra de Viesgo y Villar Mir diseña una operación que se cumple en todos sus detalles. El banquero cántabro nombra a Villar Mir, presidente de la eléctrica, puesto en el que permanece ocho años.
Desde 1977 dedica todas sus energías a construir un grupo empresarial propio. "Yo soy, ante todo, un gran trabajador y dedico 70 horas semanales, incluyendo parte de los fines de semana, a gestionar mis empresas". Pero tuvo tiempo para ser seis meses vicepresidente económico del Real Madrid. Quiso aplicar al club de el catón de la gestión empresarial y pidió auditorías hasta de la yerba del estadio. No encajó, como era previsiblé, y salió con diplomacia.
Ingenieria financiera
El sector industrial español asume los conocimientos de gestión de este madrileño que se reconoce "muy católico y practicante", aunque siempre en el ambiente existe la sensación de que, tras sus logros, se esconde un gran fondo de ingeniería financiera y poca arquitectura.Cuando una empresa entra en crisis, Villar siempre está disponible. Se ha convertido en un cirujano de empresas que acude con el bisturí y un manual al uso para cada caso. "Ha contado con el beneplácito de oficio por las distintas administraciones", dicen los accionistas minoritanos de Sefanitro.
Ante estas acusaciones salta como un resorte. "La realidad es tozuda. Yo compré Obrascon cuando perdía dinero y hoy está en beneficios, esta misma operación la he repetido en Ferroatlántica, Fertiberia, Hidronitro y espero poder hacerlo en Sefanitro y Huarte".
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