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La policía halla en el piso de Agirre Lete organigramas completos de los 'comandos' de ETA

"La captura de Juan Luis Agirre Lete es una operación casi tan importante como la realizada en Bidart" en 1992, que supuso la caída de la cúpula de ETA, según aseguraron ayer fuentes del Ministerio del Interior. La importancia de la operación estriba, sobre todo, en el cúmulo de datos referidos a la organización interna y a los comandos encontrados entre la documentación hallada en la vivienda que ocupaba Agirre en Pau (Francia). "Hay una completísima información sobre los miembros de ETA y sólo falta que nos indicaran dónde están", dijeron ayer las mismas fuentes. Sin embargo, entre el material decomisado no hay ninguna referencia a los secuestros de Cosme Delclaux y de José Antonio Ortega Lara.

Miembros de la policía y la Guardia Civil se desplazaron ayer a París para analizar la documentación incautada al dirigente etarra Agirre, detenido el pasado martes en un control instalado en el sur de Francia. Aunque en Madrid se está recibiendo la información "con cuentagotas", fuentes de Interior se mostraban ayer muy 3atisfechas, sobre todo porque entre los papeles de Agirre había una completa radiografía sobre la estructura y organización interna de ETA y sus comandos.En esos papeles figuraba la matrícula del coche bomba que estalló el mes pasado en el cuartel de la Guardia Civil de Buñuel (Navarra), así como los nombres de Juan Ramón Karazatorta, Diego Angulo, Kepa Zubizarreta y Jesús María Pui, que presuntamente forman parte de los comandos que actúan en España. La policía relaciona a Karazatorta con el asesinato del dirigente del PP Gregorio Ordóñez el año pasado.

Entre el material hay "abundantísima" documentación referida a análisis políticos y debates internos, lo que permitirá a la policía tener un conocimiento muy profundo sobre "lo que se está cociendo" en el seno de ETA y sus grupos afines. El nivel de Juan Luis Agirre y Juan María Insausti Mugica, Karpov, en la estructura de la banda terrorista es inferior al de la troika dirigente capturada en 1992 en Bidart (Francia), pero expertos antiterroristas consideran que el resultado de su captura puede ser comparable al obtenido entonces.

En el piso de Pau no había planes concretos sobre futuros atentados, aunque sí había referencias "poco perfiladas" sobre posibles objetivos. No obstante, el Ministerio del Interior está a la espera de que la policía pueda hacer un estudio más profundo de los papeles de Agirre, considerado como uno de los responsables de los comandos ilegales. La policía confía en poder descifrar las agendas codificadas y los siete disquetes de ordenador encontrados en su coche.

Papeles con algo "gordo"

Hasta ayer no se había hallado entre la documentación ninguna referencia a los secuestrados Delclaux y Ortega Lara. Pero fuentes policiales barajan la posibilidad de que hubiera algún dato sobre ellos en los dos papeles que se comió Agirre antes de ser capturado. "Tendría que haber algo muy gordo en esos papeles para que el jefe etarra se los tragara", dijo un alto cargo de Interior.Las dos pistolas, los explosivos, las 150 granadas de fusil, los disquetes y los numerosos escritos encontrados en la casa alquilada que el activista ocupaba en Pau fueron ayer recogidos por efectivos de la Sexta División de la Policía Judicial francesa que dirige el comisario Roger Marion y puestos en manos de la juez parisina Laurence Le Vert.

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El hallazgo de las 150 granadas ha sorprendido a los expertos policiales, que consideran que el almacenamiento de ese abultado material, supuestamente destinado a ser distribuido a los comandos, corresponde más a la misión del responsable de la logística más que a un jefe del aparato militar.

El dato avala la idea de que las actividades que desarrollan en la práctica los jefes de la banda terrorista no se ajustan necesariamente a la esquemática incompatibilidad de funciones que determinan los habituales organigramas policiales. Las detenciones, primero de Julián Atxurra Pototo, supuesto número tres de ETA, después de Juan María Insausti Karpov, presunto instructor de activistas, y ahora, la de Agirre Lete practicadas en ciudades como Burdeos y Pau ratifican, por otra parte, la sospecha de que la dirección de ETA ha ido instalándose preferentemente a decenas de kilómetros de la frontera tras haber sido desplazada del País Vasco Francés.

En medios policiales se apunta que la sensación de fortaleza que le reportan a ETA los dos secuestros no se corresponde con su verdadera situación. Señalaron también que muchas personas relacionadas con ETA han abandonado sus habituales residencias en el País Vasco Francés.

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