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Entrevista:

"Los parques madrileños están despersonalizados"

A sus 34 años, Ana de Santiago, vecina de Móstoles (199.400 habitantes), ha esparcido sus semillas artísticas por multitud de ciudades españolas. Su proyecto de fin de carrera como técnica superior de Escultura fue la creación de marionetas para el circo de Miliki y Rita: en televisión Después fabricó más de una veintena de estos muñecos a petición del dúo Goma Espuma, que también se introdujo en todos los rincones del territorio nacional a través de la pequeña pantalla. Ana de Santiago descubrió una técnica para lograr que las marionetas no se degradaran al segundo rodaje. Este sistema llegó a oídos de uno de los padres de los teleñecos americanos, que se interesó por el trabajo de la artista, basado en aplicar pegamentos especiales a las caras de los muñecos. Después de que el americano copiara "la receta mágica" de Ana, la famosa cerdita Peggi ha logrado sobrevivir a más de una docena de rodajes seguidos.Las manos de esta mujer crearon también el dragón más característico del parque temático catalán Port Aventura, no sin esfuerzo, ya que estuvo ocho meses intentando la "tematización" perfecta, es decir, que el aspecto del dragón fuese lo más real posible aunque estuviese hecho de plástico. Asimismo, trabajó con la misma técnica en rocas artificiales y relieves mayas dentro del mismo parque.

Pregunta: ¿Cómo fue la experiencia de Port Aventura?

Respuesta: Dura, porque tuve que trabajar durante más de ocho meses yo sola con 2.000 hombres, no todos caballeros, que no entendían mi forma de trabajar ni mi ilusión creativa.

P. ¿Cuál es su sueño profesional?

R. Construir parques temáticos para Madrid, porque creo que son muy necesarios. De hecho, en Cataluña tienen esculturas por todos lados; hasta en cualquier pueblecito existen parques escultóricos para los niños, donde los más pequeños disfrutan muchísimo.

P. ¿Pero qué les pasa a los parques madrileños?

R. Que no tienen identidad y están despersonalizados. Necesitan de unas características especiales para que no sólo existan unos bancos solitarios, sino elementos más nuestros. Un simple tobogán podría convertirse en un animal gigantesco de cuya boca saliera la rampa.

P. Algo así preparó usted basándose en un parque mostoleño, ¿no?

R. Sí, ése fue un proyecto inventado para la zona de El Soto de Móstoles, donde los columpios infantiles tenían huecos en cuyo interior aparecían pinturas rupestres. Es una forma de que los niños se diviertan y se acerquen aún más a la cultura.

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