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El Ejercito recluta para paliar la objección a 54.000 jóvenes más de los que necesita

Miguel González

¿Cómo es posible que los cuarteles no se hayan quedado vacíos después de que, sólo en los diez primeros meses de este año, 80.000 jóvenes se declarasen objetores de conciencia? La explicación, hasta ahora desconocida, es, sin embargo, fácil: las Fuerzas Armadas llaman a filas a muchos más reclutas de los que necesitan. La semana pasada se adjudicó el destino a 194.333 mozos, que deben realizar el servicio militar en 1997. Pero los ejércitos sólo necesitarán 140.000 soldados de reemplazo el año próximo. Así que los llamados son 54.333 (un 28%) más de los precisos.

El Objetivo de Fuerza, es decir el número de militares con que deben contar las Fuerzas Armadas, es de 191.000 en 1997. Aunque esta cifra tiene en teoría carácter secreto, ha acabado haciéndose pública como consecuencia del proceso de reducción de los ejércitos, que debían contar con 180.000 efectivos, la mitad profesionales, en el año 2000, según los planes del anterior Gobierno socialista.Como las Fuerzas Armadas tienen 51.000 cuadros de mando y 35.000 soldados profesionales, aún le faltarían 105.000 soldados de reemplazo para alcanzar el objetivo de los 191.000 totales en 1997.

Considerando que esta cifra se refiere a militares / día y la mili sólo dura nueve meses, para tener 105.000 soldados de reemplazo durante todo el año hay que llamar a filas a 140.000.

Sin embargo, los jóvenes que deben cumplir el servicio militar en 1997, a los que la pasada semana se adjudicó el destino mediante un sistema informático que tiene en cuenta sus preferencias, son 194.333. La diferencia entre los reclutas necesarios y los llamados a filas es, por tanto, de 54.333. En otras palabras, se reclama a un 28% más de los que hacen falta.

'Colchón'

Este 28% de excedentes constituye el colchón del que disponen las Fuerzas Armadas para evitar que el espectacular auge de la objeción les deje sin los soldados necesarios.La ley vigente permite que los 194.333 jóvenes sorteados pueden declararse objetores hasta el día que se incorporan al cuartel. Además, hay otros motivos, como la suspensión de la incorporación por circunstancias familiares sobrevenidas, que también pueden alegarse hasta el último momento.

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La experiencia de otros años demuestra que alrededor del 18% de los mozos sorteados no llegan a presentarse en el cuartel. Se trata de un porcentaje general, que varía según el ejército y el destino. Por ejemplo, en el Ejército de Tierra la media de no incorporaciones es del 15% aproximadamente, mientras que en la Armada roza el 22% y en el Ejército del Aire resulta insignificante.

El caso más espectacular es el de Ceuta y Melilla. Casi el 30% de los más de 18.000 reclutas a los que les toca hacer la mili en las dos plazas norteafricanas eluden presentarse. Muchos jóvenes se deciden a objetar tras enterarse de que les ha correspondido cumplir sus obligaciones militares en el destino más temido de todos.

Por eso, y a pesar de contar con un abultado colchón, a lo largo del año se convocan entre 5.000 y 10.000 plazas de incorporación inmediata, que se suman a las adjudicadas en noviembre del año anterior.

Habitualmente, casi la mitad de las plazas ofertadas en cada convocatoria, para aquellos jóvenes que deseen renunciar a la prórroga de la que disfrutaban, corresponde a destinos en Ceuta y Melilla.

Reducción

La causa del excedente de reclutas hay que buscarla en la rapidísima y drástica reducción de efectivos de las Fuerzas Armadas, que no se ha compensado, hasta el momento, ni con el auge de la objeción ni con la caída de la natalidad, que sólo ahora empieza a notarse.Los jóvenes alistados, los que cumplen 18 años, han sido 344.000 este año, sólo 30.000 menos que en 1993, cuando se alcanzó el máximo histórico, con 374.000. Las plantillas de las Fuerzas Armadas, de su lado, se han reducido en 176.000 efectivos (de 373.000 a 197.000) entre 1984 y 1996.

Ello explica que, a pesar de la objeción, Defensa destine en 1997 a 5.007 jóvenes a cumplir el servicio militar en la Cruz Roja, 1.000 más que este año.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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