El más bajo, el más viejo, el más admirado
Chichi Creus rompe el estereotipo y sigue en la élite del baloncesto a los 40 años
Cada mes de noviembre, las mismas preguntas: ¿cuál es su secreto?, ¿hasta cuándo tiene cuerda? Pasa el tiempo y hace 10 años que se le repiten estos mismos interrogantes. Porque hace ya 10 años que Joan Creus pasa de la treintena. El próximo domingo, Chichi, su apodo de siempre, o El Incombustible, como se le ha bautizado en esta última década, cumple 40 anos. No ha habido jugador que durase tanto en la historia de la Liga ACB. El récord pertenecía a Wayne Brabender, que acabó su brillantísima carrera luciendo la camiseta del Cajamadrid el 31 de marzo de 1985, cuando tenía 39 años, 5 meses y 15 días.¿Cuestión de genética? ¿Cuestión de suerte por no haber sufrido apenas lesiones? "Es posible", dice Joan Peñarroya, capitán del TDK Manresa, "que exista alguien que pueda nacer con su portentosa capacidad física, pero dudo que alguien pueda tener su misma ilusión". El mérito de Creus, licenciado en INEF, es excepcional si se tiene en cuenta que no se trata sólo de que se mantenga en activo a una edad inusual, sino que lo hace tirando de un grupo modesto como el TDK Manresa, con el que está consiguiendo logros impensables. Llegó a este equipo en 1993 y desde entonces ha logrado las mejores clasificaciones en sus 65 años de historia: séptimo puesto en 1994, cuarto en 1995 y en 1996, y campeón de la última edición de la Copa del Rey. No es una simple coincidencia. Pedro, Martínez, el anterior técnico del TDK, es elocuente: "Entras en el vestuario, lo ves a él y te das cuenta de que tienes allí un tipo capaz de jugar y hacer jugar a sus compañeros tal como convenga en cada minuto y en cada segundo de partido".
Todos confían en él, en el jugador más bajo de la ACB (1,76 metros). La mejor prueba es que, cuando llega la jugada decisiva, hacia él va el balón, un objeto al que, tal como dijo Magic Johnson, hay que tratar como si fuera un bebé. Una de esas jugadas en las que el grupo se lo juega todo al mismo número, el siete, que es el que lleva Chichi, fue la que se produjo en la noche del 25 de febrero de 1996 en el pabellón municipal de Murcia. Chichi lo cogió, se elevó desde seis metros y medio, y clavó un triple que coincidía con el final del partido y daba al TDK la victoria ante el Barça y el título de Copa. Aquella noche durmió en Murcia con la Copa y el balón que le regaló su compañero estadounidense Harper Williams.
¿Cuál es su secreto?, ¿hasta cuándo tiene cuerda?, se le vuelve a preguntar esta semana. Y repite la respuesta de hace 10 años: "Cuando pasas de los 30 piensas en la retirada inconscientemente. Y si no, te lo hace pensar la gente. Es una decisión que hay que tomar al momento y no a un año vista, porque si empiezas a pensar 'dentro de un año me retiro' la cabeza se acostumbra a pensar que esto ya se acaba".
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