El degollador del Rastro robó a sus víctimas después de acuchillarlas

Alfredo Hernando Friere, el hombre de 29 años acusado de, degollar con un cuchillo a una pareja, desvalijó a sus víctimas tras el ataque. Los hechos ocurrieron a primera hora de la tarde del domingo en el bar que regentaba el fallecido Antonio Caballero Minguélez, de 42 años, en la calle de Ruda, en pleno, Rastro madrileño.

La versión facilitada ayer por la Jefatura Superior de Policia sostiene que Hernando Friere había mantenido en el establecimiento una disputa con el dueño, al que acompañaba. su novia, Francisca Somohano Pérez, de 39 años. Después de la discusión, Hemando Friere se dirigió a su casa, en la calle Ribera de Curtidores, donde cogió un cuchillo jamonero y luego regresó al bar. Allí, degolló a Caballero y después atacó a la mujer. La apuñaló por la espalda cuando intentaba huir, la agarró del pelo y la degolló. Antes de marcharse, según la primera versión policial, robó la recaudación del local -unas 24.000 pesetas que luego serían encontradas en su bolsillo- y unos décimos de lotería.

Poco después del doble crimen, fue detenido en plena calle. En la tarde de ayer permanecía en las dependencias de la Brigada de la Policía Judicial de Madrid. Fuentes policiales señalaron que hoy iban a tomarle declaración. El móvil del doble homicidio seguía sin aclarar. La posibilidad de un ajuste de cuentas por deudas se conjugaba con la de un arranque de locura. Pero ayer aún no había respuesta.

Beber y apostar

Entretanto, varios vecinos de la calle de Ruda aseguraron que Hernando había discutido en varias ocasiones con él propietario del bar por juegos de cartas y partidas de futbolín. "Ambos bebían juntos y hacían apuestas, y, a veces se enfadaban, pero nunca habían llegado. a una riña gorda", dijo un conocido de ellos, quien añadió: "Sólo encuentro una explicación, que tuviesen alguna cuenta pendiente entre ellos por el juego".

Hernando, que se ganaba la vida montando puestos en el Rastro y trabajando en mudanzas, gozaba de gran popularidad en el mercado dominical. Todos negaban que fuese una persona desequilibrada y brusca. Sin embargo, un transportista de la plaza de Cascorro aseguró que se exaltaba con frecuencia por cuestiones sin importancia.

El supuesto autor del crimen comentó a sus amigos, horas antes del homicidio, que quería casarse con su novia: "Nos dijo en el bar que, aunque no tenía trabajo, quería casarse con su novia y comentó que él ya se ganaría la vida de cualquier forma", explicó la dueña de un bar de la calle de Ruda. Allí se tomó varias cañas, pero nunca dio la impresión de estar ebrio.

Los amigos de Antonio Caballero, una de las víctimas, indicaron que era una "persona excepcional". No obstante, aclararon, se ponía 'bruto" cuando bebía. Francisca y Antonio salían juntos desde hacía cinco meses.