El Instituto Monetario rebaja el optifflismo de Bruselas
V. C. El Instituto Monetario Europeo (IME), embrión del futuro banco central comunitario, echó ayer un jarro de agua fría sobre las optimistas perspectivas económicas que publicó ayer también la Comisión Europea. En el primer informe sobre la convergencia que elabora el IME, se echan de menos las previsiones de 1997, año base para el examen de acceso a la moneda única, pero queda claro el mayor escepticismo del IME sobre los avances hacia la unión monetaria.
Para empezar, recuerda que la mayoría de los Estados miembros no cumple en la actualidad las condiciones necesarias para adoptar la moneda única. Asimismo pone en cuestión la manera en que algunos Gobiernos de la UE están haciendo sus ajustes fiscales: "La reducción de los déficit con métodos que no tienen más que un efecto puntual, no permitirá conseguir una consolidación duradera". Este mensaje, que se refiere a las operaciones de maquillaje que planean hacer algunos Gobiernos en sus cuentas de 1997, recuerda a los lanzados recientemente por el Bundesbank, banco central alemán, con el que también coincide en la exigencia de que los criterios de convergencia se cumplan estrictamente.
Frente a la confianza de Bruselas en que 12 de los 15 Estados n-fiembros serán capaces de situar el déficit en el 3% del PIB o por debajo de este límite en 1997, el IME muestra su preocupación sobre la "excesiva lentitud" con que se están reduciendo los déficit presupuestarios en Europa. De hecho, esta institución cree que sólo Dinamarca, Irlanda y Luxemburgo cumplirán este criterio a finales de este año.
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