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El cambio de clima reduce los incendios forestales a la cifra más baja en 20 años

La ausencia de los vientos cálidos de poniente durante el verano pasado ha hecho caer la cifra de incendios forestales a las estadísticas de hace 20 años. En lo que va de año se han quemado 49.482 hectáreas de monte, un 65% menos respecto a las hectáreas devastadas por el fuego en 1995, según un balance comparativo facilitado por el Ministerio de Medio Ambiente.Los temores sobre una temporada catastrófica de incendios forestales no se han cumplido. Las intensísimas lluvias registradas a comienzos de. año en toda la Península presagiaban un verano incendiario en las superficies arboladas españolas, debido al fortalecimiento de la maleza después de tantos años de sequía.

Pero así como las lluvias contribuyeron a reponer la corteza vegetativa, la ausencia el pasado verano de viento de poniente -el peor enemigo del bosque peninsular- no ha permitido a los conatos de incendios expandirse. El balance que la Dirección de Conservación de la Naturaleza arroja hasta el mes de octubre reduce los incendios forestales de 1996 a 49.482 hectáreas, una cifra que no se había repetido desde hace 20 años. El ministerio también señala las medidas preventivas y la colaboración ciudadana como factores decisivos para la reducción de los incendios forestales en nuestro país.

Quemas agrícolas

Según Medio Ambiente, competente en esta materia desde la constitución del Gobierno de José María Aznar, hasta el momento el mayor número de siniestros se ha producido en el noroeste de la Península, mientras en el Centro, Sur y Levante, el número de incendios, forestales ha sido inferior al de otros años.

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Esto es así porque los campesinos gallegos, zamoranos, leoneses y portugueses suelen practicar la quema de matorrales, sin excesivas precauciones, con el fin, de facilitar el rebrote de hierba fresca de la que se nutrirán sus animales de pasto.

Recardo Vélez, responsable del área de incendios forestales del Ministerio, informaba a finales de julio que el 80% de todos los vuelos de extinción se habían realizado sobre territorio gallego. Entonces llamaba la atención sobre el riesgo de un verano incendiario, si los vientos de poniente soplaban con la frecuencia de años anteriores.

No ha sido así. No ha soplado el poniente. Tampoco se han prodigado las tormentas secas. Los conatos de incendios que escaparon al control inicial de los medios de extinción se produjeron en Cáceres (dos) y en Castilla-León (tres), únicos puntos donde adquirieron, grandes proporciones, debido también a quemas agrícolas.

Junto a las favorables condiciones meteorológicas para obstaculizar el desarrollo de siniestros, cabe destacar los fuertes desembolsos económicos. que el Estado y las Comunidades Autónomas dedican a la prevención. Sólo el año pasado superaba los 50.000 millones de pesetas, una cantidad muy superior porcentualmente a lo que otros países europeos destinan a este combate, según Ricardo Vélez. Durante este año la flota aérea estatal estaba integrada por 19 aviones anfibios, cinco helicópteros, 14 aviones de carga, 11 brigadas, especiales y cinco aviones de observación.

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