"Me siento un marginado"

La tarde del pasado miércoles, día en que cumplía 36 años, Diego Maradona volvió a entrenar con la plantilla del Boca después de casi tres meses. La prensa especuló de inmediato con la posibilidad de que retorne a la actividad y pueda jugar el domingo, cuando el Boca de Bilardo se enfrenta al Independiente de Menotti, pero fue el propio Maradona el que tuvo que decir lo que era evidente: "No estoy en condiciones físicas y presentarme así sería faltarle al respeto a la. gente". Respecto a los problemas que está teniendo con la justicia de su país, declaró: "Me arrepiento de haberle dado mis hijas y todo lo que yo pueda ser como jugador de fútbol a este país".

Por la mañana atendió la llamada de una emisora de radio y reveló su estado de ánimo: "Éste es mi peor cumpleaños. No me siento bien porque mi mejor amigo está en la cárcel, pagando por culpas que no tiene y encima tengo que escuchar todas las barbaridades que se dicen. Guillermo Coppola no es el santo de la espada, seguro que no, pero tampoco es un narcotraficante. Los narcos trafican millones de kilos de cocaína y a Guillermo le encontraron sólo 400 gramos y nadie sabe cómo apareció la droga ahí. Debe ser el narcotraficante más pobre del mundo. También decían que él y yo teníamos protección política porque éramos amigos del presidente y de su secretario privado. ¿Y dónde están ahora los protectores políticos? Acá cualquiera opina y dice lo que quiere. Todos hacen sus negocios, políticos o económicos y nosotros estamos siempre en el medio. La cuestión es que quien está en la cárcel es Guillermo y en mi casa dejó de sonar el teléfono. ¿De qué protección hablan? Hace una semana a Guillermo le requisaron hasta la celda para ver si tenía un teléfono celular. Después dijeron también que era un preso de lujo y yo, que estuve ahí, sé que no tiene ni baño, mea dentro de una botella".

El pasado martes, cuando se presentó a declarar como testigo del proceso ante el juez, Maradona reconoció que había estado en una fiesta en los días previos a la requisa del piso de su representante, pero que esa noche no consumieron drogas. Una de las mujeres invitadas y sus amigas se acusan entre sí de colaborar con la policía y de "poner" la droga en el jarrón donde finalmente se encontró. El abogado defensor de Guillermo Coppola, que acompañó a dos de las jóvenes a declarar nuevamente para modificar su testimonio anterior, pidió ahora la recusación del juez de instrucción que inició el proceso por considerar que "prejuzgó" sobre Cóppola en declaraciones a la prensa. La estrategia consiste en lograr el cambio de juez, para trasladar el proceso a la capital federal, y que la suma de contradicciones en el expediente permita anular definitivamente toda la investigación.

Maradona admitió ante el juez que era "adicto" a las drogas, pero que siempre había tenido "mucho cuidado" de no consumir antes de los partidos. Dijo también que Coppola "nunca le había ofrecido cocaína o pastillas de éxtasis". Con cierta angustia y pena, Maradona le dijo al juez que se sentía "como un boliviano o un paraguayo en Argentina" por la forma en que le criticaban y le discriminaban ante la justicia. El día de su cumpleaños Maradona recordó también el esfuerzo que habían hecho él y su esposa, cuando vivían en Italia, para que sus hijas nacieran en Argentina: "La verdad es que hoy me arrepiento de eso, me arrepiento de haber obligado a mi mujer a viajar a Buenos Aires para que mis hijas fueran argentinas. Me arrepiento de haberle dado mis hijas y todo lo que yo pueda ser como jugador de fútbol a este país".

En el entrenamiento del Boca, sus compañeros le recibieron con abrazos y bromas y le cantaron el feliz cumpleaños. Maradona jugó sólo 45 minutos. Está fuera de peso, pero bastó que tocara el balón para apreciar por qué fue uno de los mejores de la historia.