Caminero, triste y solo
Triste y solo. La primera sensación que transmite ahora Caminero es ésa, que está triste en Atlético y más bien solo. Ajeno a sus compañeros (Pirri y Penev, sus mejores, amigos se fueron al Compostela), ajeno al cuerpo técnico, ajeno a los periodistas (sigue sin hacer dearaciones desde el verano), ajeno al mundo. Incluso, ajeno sí mismo. No es elCaminero de siempre, tan dispuesto otras veces a la broma y la carcajada. No, no es José Luis Pérez Caminero.Las heridas del verano siguen abiertas. No aquellas con las que algunos malintencionados trataron de zarandear su intimidad con rumores que probablemente partieron del propio club, de su clase dirigente. Caminero no olvida que aquella jugada, pero su lista de agravios, esa que lleva grabada indisimuladamente en el rostro, viene de antes. Y procede por este orden de los Gil y de Antic. Hay versiones que relacionan su actual lesión y la demora en superarla con la especie de guerra fría que sostiene con éstos. Vienen a decir que le pide CIemente viajar a la República Checa pese a que los médicos el Atlético recomiendan su reposo, que exagera luego las molestias y que ahora, cuando el equipo supuestamente más le necesita, pide una prórroga antes de su reaparición. Antic se lo ha traído a Dortmund sin saber del todo si ceder o no, si alinearlo o concederle el desanso.
Mientras, en el club se suceden las reuniones para exigir discreción sobre, todo lo que rodea al futbolista. Probablemente para tapar una evidencia, que Caminero no está a gusto en el Atlético. Ya lo gritó en el el mes de julio, poco antes de que le obligaran a callarse de mala manera. Y así sigue, ahora silenciosamente, demostrándolo cada día.
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