París-Alimentación, el Duque, Arzak, Adriá, cecina.

Sólo el 20% de los españoles comen una vez por semana fuera de casa (los americanos, el 70%); sólo los brasileños, los italianos y los japoneses son más tradicionales que los españoles a la hora de sumar los hombres que cocinan en su casa los fines de semana; los españoles ocupan el número uno del mundo al contar el tiempo que emplean para almorzar; y a los españoles les ha importado un rábano la historieta inglesa de las vacas locas; nadie en el mundo se ha preocupado menos por este asunto que los súbditos del rey Juan Carlos: todos estos datos han podido saborearse esta semana en el Salón Internacional de la Alimentación (Sial), que hoy, viernes, cierra sus puertas en París.Es la feria, del género, más tumultuosa y abracadabrante de todo el orbe: han expuesto 83 países, 4.050 expositores han mostrado ampliamente lo que se come y se bebe, 2.490 sociedades de este mundo han dicho "¡presente!" en los 96.200 metros cuadrados de Sial.

Y de este mismo mundo, sólo una provincia, León, ha estado presente por 40 productores y 9 asociaciones con sus 200 empresas.

En persona, los hacedores de la cecina, del botillo, de todos los productos bercianos, de la manzanilla leonesa, de las manzanas reinetas, de los pimientos asados o fritos, fueron testigos en Sial y en la exhibición única de los productos leoneses que la Diputación Provincial ofreció en el Lutetia y en el mítico bar Heminway del hotel Rizt, donde las brumas poéticas y políticos de toda la historia de los años locos se convirtieron en el lujo de los sueños de hoy y de la imaginación real cuando su alteza real monseñor duque de Orleans, heredero de la Corona francesa, me confesó que le gustaría tener en su casa una pierna de cecina; a su lado, Poly, la célebre fotógrafa de todos los toreros de rumbo / 1996, empezando por Jesulín se inauguró este día su exposición de los toreros actuales en el bar del autor del El viejo y el mar- comía cecina y chorizo y bebía vino procedente de León.Se escribió, este anochecer del miércoles, una página más del santuario parisiense del amor a la vida, a la belleza, al lujo y a la exquisitez.

El editorial de primera página del diario Le Figaro del martes pasado ni mencionó este salón enorme de la alimentación hablando de la innovación en la comida, de las papillas y del márketing consumista de este fin de siglo: "El comensal del siglo XXI", escribía Le Figaro, "quiere alimentarse más rápidamente, de manera más sana y de manera más segura. Estos tres imperativos conjugados arrastrarán cambios durables en toda la alimentación mundial".

Y ya conviene advertir que España también se ha sensibilizado de algún modo: el próximo día 3 de noviembre, en Barcelona, tres genios mundiales del saber comer y del saber beber expondrán sus teorías sobre la comida en el siglo XXI.

Los tres apellidos de la cocina mundial son Arzak, Adriá y el francés Robouchon.