La Iglesia, no ve que se den las condiciones para el diálogo con ETA

"Tener un secuestrado [el funcionario de prisiones José Antonio Ortega] no es forma de presentarse a una mesa de diálogo" dijo ayer José Sánchez, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, que insistió en que 9a Iglesia está siempre abierta a trabajar por la paz y la reconciliación" aunque sabe que "no le toca protagonizar el diálogo, ni siquiera la mediación". "Lo que han dicho José María Setién [el obispo de San Sebastián] y Ricardo Blázquez [el de Bilbao]" matizó, "es justamente que no se dan las condiciones para un diálogo con ETA y que ahí reside el problema".

La disposición "de la Iglesia de Euskal Herria" a mediar ante ETA, manifestada el pasado lunes por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y otras veces por el de San Sebastián, José María Setién, generó ayer el reconocimiento mayoritario de las buenas intenciones, pero una clara división de opiniones acerca de su utilidad.El ministro del Interior, Jaime Mayor, antepuso "el hecho (le que no se dan las condiciones que fija el Pacto de Ajuria Enea para iniciar el diálogo" a cualquier otra consideración.

A su vez, su homólogo de Fomento, Rafael Arias Salgado, calificó de "equivocada" la actitud de la Iglesia "pese a estar inspirada por los principios evangélicos y humanistas". "El ofrecerse en mediación es un flaco favor porque implica dar legitimación al terrorismo de ETA y entender a los terroristas como beligerantes cuando en la lucha contra un Estado democrático no hay beligerantes, sino asesinos", concluyó.

El portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, afirmó que "no hace falta mediación, sino la voluntad de ETA de dejar de matar".

El secretario general del PSOE, Felipe González, se limitó a comentar que "en estos temas la discreción debería ser exigible incluso para la Iglesia". Por su parte, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Joaquín Almunia, reiteró que es en las mesas de Ajuria Enea y Madrid donde hay que abordar las cuestiones relativas a la política antiterrorista.

El presidente de los socialistas vascos, José María Benegas, manifestó que "se está hablando demasiado desde responsabilidades muy importantes y lo que hay que procurar es hablar menos y hacer más", ya que hablar "todo el día" de negociación "solamente favorece a quienes han puesto como objetivo de sus acciones terroristas la negociación".

El secretario general del PSE-EE, José Luis Marcos Merino, ironizó con que Blázquez, que no fue bien recibido en Euskadi al no ser vasco, ha reaccionado "corno los conversos", haciéndose "provasquista", y que puede "tener la tentación de ir más lejos que Setién". José María Múgica, ex ministro socialista de Justicia y cuyo hermano, Fernando, fue asesinado por ETA, dijo que el prelado se cree "en la época medieval, en el tiempo del trono y el altar", y que la Iglesia lo que tiene que exigir a ETA es que cumpla el quinto mandamiento de la ley de Dios: no matarás".

Por contra, Begoña Lasagabaster, diputada de Eusko Alkartasuna (EA), indicó que el fin de ETA pasa inequívocamente por una negociación y que la Iglesia podría jugar un papel determinante en ella y Antton Karrera, coordinador general de IU-EB en Guipúzcoa, abundó en que los ofrecimientos de los obispos "abren expectativas".

Mientras los sindicatos policiales pidieron a Blázquez que se dedique a rezar por las víctimas de los terroristas, el movimiento social Elkarri valoró como "interesante y positiva" su postura.

Precisamente, el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, y el portavoz de Elkarri, Jonan Femández, se reunirán hoy para " cambiar impresiones" sobre la situación.

En contacto con los partidos vascos, el grupo de Fernández prepara desde hace meses una " propuesta de paz" a la búsqueda de "un nuevo escenario" dirigido a "transformar el conflicto hacia parámetros de no violencia".