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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La mirada de las gimnastas

¿Se han fijado alguna vez en los ojos de las gimnastas? Siempre que veo en televisión una prueba de gimnasia femenina noto una sensación extraña. Esos primeros planos son implacables y no admiten disimulo. Vierten en la sala de estar unas miradas que no corresponden a las personas que las poseen. Miradas que podrían atribuirse a una extrema concentración, pero que yo interpreto como una mezcla de vaciedad, miedo, cansancio, soledad y desamparo. ¿Miradas de muñeca de trapo?Las noticias publicadas en este periódico en las que se informa de las lesiones que sufren algunas de las gimnastas del equipo nacional español y de la posibilidad de que, de no mediar la sensatez, provoquen en ellas secuelas irreversibles no hace más que confirmar mis sospechas: estamos ante un caso, uno más, de explotación infantil.No se trata de criaturas de un país tercermundista encadenadas a un telar a las afueras de Teherán o a la barra de un burdel de Manila. Aquí la trama es, ante todo, legal, mucho más sofisticada, con muchos más intereses en juego, y, por desgracia, todos estamos implicados en mayor o menor grado. Desde el señor Samaranch al frente del circo máximo, pasando por toda la corte de funcionarios federativos cuya única motivación es colgarse las medallas (que otros ganan para ellos), incluyendo a miembros del cuerpo técnico que cierran los ojos ante la evidencia para no poner en peligro sus garbanzos, padres y madres que, quizá deslumbrados por el brillo de los oropeles o por simple codicia mal dirigida, no son capaces de respetar a sus hijos, patrocinadores privados cuya única meta se expresa en cuota de mercado; y, finalmente, espectadores como el que suscribe, ávidos de contemplar el más difícil todavía sin plantearse el coste real del espectáculo... hasta que una niña que huele a linimento le mira a los ojos desde la pantalla del televisor-

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