Perplejo.
El pasado 1 de octubre oí en la radio, con perplejidad, unas declaraciones del alcalde de Madrid, según las cuales, la tasa de la grúa municipal - al parecer, la más cara de España- no tiene por qué guardar relación alguna con el coste real del servicio de la grúa, y que lo que él pretende es que el precio de la grúa sea suficientemente disuasorio. También se ha informado de que el coste del servicio de grúa rondaría las 9.000 pesetas, cobrándose en la actualidad por el mismo 18.500 pesetas (EL PAIS, 4 de octubre de 1996).Con ello, es manifiesta la ilegalidad de la actuación municipal, que vulnera de manera flagrante los artículos 19 de la Ley de Tasas y 24 de la Ley de Haciendas Locales, según las cuales, "el importe estimado de las tasas por la prestación de un servicio o por la realización de una actividad no podrá exceder en su conjunto del coste real o previsible del servicio o actividad de que se trate y, en su defecto, del valor de la prestación recibida". Otra cosa es el importe de la multa que pueda interponerse, como el senñor alcalde, en su condición de inspector de Hacienda, debería saber. .
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