La venta de abonos, al fin sin colas

La imagen que ofrecía ayer por la mañana la taquilla del teatro de la Zarzuela era algo insólito si se tiene en cuenta que se trata del primer día de venta de abonos para la temporada de ópera: a las 12.30 no había cola ni gente sacando entradas. La cosa deja de ser tan sorprendente si se tiene en cuenta el programa previsto para este año: ni títulos ni nombres de los que atraen al gran público. Pero también tiene algo que ver el nuevo sistema para obtener estos abonos. Consiste en la posibilidad de comprarlos en cualquiera de los cinco teatros nacionales. Se establece también un turno de venta para cada día: ayer y hoy, por ejemplo, sólo se pone a la venta el abono para la primera representación de cada título.Tantas facilidades no han sido suficientes para terminar con el recelo de los aficionados a este arte, acostumbrados a las colas y peleas para obtener abonos. Teodoro García, el primero en pedir sus localidades cuando a las 11.30 se abrieron las taquillas, estaba en la Zarzuela a las seis de la mañana. A las nueve se pasó lista: el que no está en ese momento pierde su turno. A las diez se repite la operación.

Teodoro García, primero de la cola, no pudo sacar el abono que deseaba: ese asiento estaba reservado para la Asociación Amigos de la ópera. Lo mismo les pasó a varios de los que ocupaban las primeras posiciones. Y diez minutos después de haber abierto la taquilla, un conserje anunciaba que se habían agotado los abonos de la zona E (la que ocupan los asientos centrales del tercer y último piso). "Nadie puede evitar que haya un sexto ordenador en un despacho", decía un señor en referencia a las máquinas que coordinan la venta en los cinco teatros.

Para los Amigos de la Opera se reservan unas 400 localidades por representación. Un 20% de las 1.250 butacas del teatro se guardan para la taquilla.