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DIECISEISAVOS DE FINAL DE LA COPA DE LA UEFA.

El Tenerife pierde gas en la segunda parte

El equipo canario desperdició su buen juego en el primer periodo ante el Lazio

El portero del Tenerife, Ojeda, volvió a ser la pieza fundamental de su equipo en el partido de la Copa de la UEFA disputado ayer ante el Lazio de Roma. Al igual que ocurriera en la primera ronda frente al Maccabi de Tel Aviv, el guardameta argentino hizo tres intervenciones prodigiosas que evitaron una mayor diferencia en el marcador y dejan intactas las posibilidades del Tenerife de pasar a la siguiente ronda.En la primera mitad, el Tenerife controló bien al conjunto italiano y no pasaba por muchas dificultades. Además se acercaba poco a poco al área rival gracias a las intervenciones de Felipe, uno de los pocos jugadores del conjunto canario que vivieron la experiencia de la primera participación europea. El Tenerife puso en evidencia al equipo italiano durante varias fases del primer tiempo. Controló el juego con facilidad y llegó con bastante frecuencia al área del Lazio, ante la estupefacción del público, que no acababa de asimilar el repaso que sufría su equipo.

Después de una primera parte más bien sosa y con la entrada de Marcolin en el terreno de juego la decoración cambió por completo. La presión del Lazio fue intensa desde el primer minuto de la reanudación. El centro del campo del Tenerife perdía rápidamente el balón, lo que provocaba situaciones de peligro. Pero en ese momento de angustia apareció Ojeda, con una parada antológica ante un disparo muy colocado de Rambaudi. El problema es que el Tenerife estaba en manos del Lazio.

Al cuarto de hora, cuando parecía que el Tenerife cogía otra vez la onda, el Lazio dio su zarpazo con un gol de Nedved. Esto provocó una nueva reacción del equipo italiano y varias ocasiones de gol que volvieron a ser abortadas por Ojeda. Una de ellas fue un remate de Casiraghi que rechazó el guardameta argentino cuando el estadio cantaba el segundo gol.

Tras el bajón físico del equipo italiano, el Tenerife intentó controlar más el balón y a punto estuvo incluso de empatar el partido si el árbitro no llega a ver una falta de Ballesteros a la salida de un córner que después fue rematado a gol.

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