El presidente del Ejecutivo no está dispuesto a hablar ni de autodeterminación ni de presos

José María Aznar sólo está dispuesto a negociar con el PNV dentro del marco del Estatuto de Gernika y del peculiar sistema de financiación vasco denominado Concierto Económico, según advierte en una entrevista publicada ayer por El Correo y El Diario Vasco. En ella, el presidente del Gobierno califica de "estéril" el debate político sobre la autodeterminación, sostiene que la política penitenciaria la define su Gobierno y subraya que los conflictos con el PNV sobre el impuesto de sociedades y el órgano común vasco-navarro tendrán que resolverse en la mesa de negociaciones. A pesar de todo, cree que el PNV respaldará los Presupuestos de 1997.

La respuesta de los nacionalistas no se ha hecho esperar. El PNV le pide que cumpla lo prometido en el pacto de investidura y Eusko Alkartasuna (EA), en clara referencia a la autodeterminación, dice que el límite "está en lo que decida la voluntad mayoritaria de los vascos". El secretario general de EA, Inaxio Oliveri, calificó de "tontería" que Aznar, de forma deliberada, excluya del debate político la autodeterminación. En ese sentido se manifestó el portavoz del PNV, Joseba Egibar, al afirmar: "Lo que hoy para Aznar es el techo mañana para mí o el pueblo vasco puede ser el suelo", en referencia al avance en la soberanía y el autogobierno de Euskadi.

Cumplir lo prometido

Aznar explica que "el Gobierno está en condiciones de cumplir lo prometido, que es agotar el desarrollo estatutario y buscar puntos de encuentro en el desarrollo del concierto". Sin embargo, matiza que el ritmo lo va a imponer él al asegurar: "El desarrollo del estatuto es muy completo y no se trata de lanzamos a una carrera desaforada". Para él, las reglas del juego entre el PP y el PNV están perfectamente marcadas. Se trata del "estatuto en lo político y del concierto en lo económico". Fuera de eso, tanto el debate de la autodeterminación -"creo que es estéril" y vincularlo a la pacificación "no es una fórmula útil"- como la política penitenciaria están fuera de los pactos.En el terreno de los desacuerdos está la política penitenciaria, que Aznar considera competencia exclusiva de su Gabinete. "La determina el Gobierno", dice, y advierte a continuación: "Puedo ser sensible a las razones, pero no a las presiones". Aznar entiende el acuerdo del Parlamento vasco para trasladar a los presos a cárceles próximas a Euskadi, al que se sumó HB, como una presión y considera una "sombra" de Juan María Atutxa, el consejero vasco del Interior, el haber relacionado el acercamiento de los reclusos con el destino del funcionario José Antonio Ortega, cautivo de ETA. Precisamente ayer, en una entrevista publicada en el diario nacionalista Deia, el portavoz de Gestoras pro Amnistía y miembro de la Mesa Nacional de HB Juan María Olano, aseguró: "El acercamiento daría como resultado su inmediata liberación".