El hermoso premio a la fidelidad de un aficionado
La tensión previa a un Gran Premio en el que se lo jugó todo no impidió a Damon Hill marcarse todo un detalle como premio a la fidelidad de un aficionado de 17 años. Ganase, perdiese, bajo un fuerte sol o una molesta lluvia, Hill siempre reparaba al finalizar cada una de sus carreras y cada uno de sus entrenamientos en una bandera de la Union Jack que siempre hacía ondear el mismo chaval. Después de las oportunas indagaciones, Hill supo que se trataba de un seguidor acérrimo suyo de 17 años llamado Williams Taylor.El pasado mes de septiembre, con ocasión del Gran Premio de Portugal en Estoril, Taylor tuvo la fortuna de poder acercarse a Hill por vez primera para rogarle encarecidamente: "Te lo pido por favor, Damon. Es necesario que te proclames campeón aquí porque ya no dispongo de más dinero para seguirte y no quisiera perderme tu coronación como campeón". Hill no pudo lograr el título en Estoril, pero no olvidó el ruego de su admirador. El pasado miércoles, el piloto llamó a su hermana para pedirle que se ocupara de facilitarle a Taylor un billete de avión desde Londres a Osaka. Taylor casi no se lo creía. Llegó al aeropuerto de Heathrow, donde le esperaba un sobre con el billete y 20.000 yenes (23.000 pesetas) para proseguir el viaje desde Osaka hasta Suzuka en tren, donde tenía reservada una habitación a su nombre. Taylor pudo seguir ayer la carrera y la coronación de su ídolo desde el pabellón de Williams Renault.
Hill se mostró exultante tras su triunfo: "Es demasiado", dijo. "No puedo describir con palabras lo que siento. Quiero dedicar esta victoria al equipo Williams después de correr por última vez con ellos. Me comentaron por radio que Villeneuve había abandonado y eso me tranquilizó bastante. Ha sido la mejor manera de ganar el campeonato. Comencé ganando la primera carrera y he terminado con un triunfo".
Villeneuve, después de felicitar a Hill, maldijo su mala suerte: "En la salida, el motor ha perdido revoluciones y me he visto relegado detrás de los dos Ferrari, lo que me ha hecho perder de vista a Damon. La carrera no estaba acabada, pero no era mi día porque he tenido un pinchazo lento y después me ha sorprendido la reacción del coche al final de una recta, y cuando he visto que me adelantaba la rueda, he comprendido lo que pasaba".
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