Damon Hill 28 años después de Graham

Damon Hill se proclamó ayer campeón del mundo de fórmula 1 en Suzuka (Japón) al volante de un Williams Renault FW18. El triunfo del piloto británico, de 36 años, resultó incontestable. Dominó el campeonato desde el arranque hasta la última curva, pues fue el ganador del último gran premio de la temporada justo cuando su compañero de equipo, el canadiense Jacques Villeneuve, discutía su jerarquía. La octava victoria de la temporada sobre 16 pruebas y la 2 la de su historial permitieron a Damon coronarse como mejor piloto 28 años después de que su padre, Graham Hill, se proclamara campeón mundial. Es la primera vez que el hijo de un campeón del mundo logra el máximo galardón de la fórmula 1.Villeneuve no tuvo ninguna opción al triunfo. Necesitaba ganar la prueba y, además, que Hill no acabara entre los seis primeros, pues le bastaba un punto para ganar el campeonato. El canadiense, de 25 años, tuvo que retirarse en la vuelta 36ª de las 52 de que constaba la carrera al desprenderse la rueda trasera derecha de su Williams-Renault. De nada le sirvió a Villeneuve ocupar la pole-position. El motor de su monoplaza perdió revoluciones y quedó relegado a la sexta posición, detrás de los dos pilotos de Ferrari, perdiendo el contacto con Hill.

Hill, por el contrario, combatió toda la leyenda que le acompañaba como piloto víctima de la presión en los momentos determinantes, con una salida fulgurante. El británico arrancó primero y llegó primero a la meta. La prueba, sin embargo, no estuvo falta de emoción. El primer susto para Hill llegó cuando en la segunda vuelta el austríaco Gerhard Berger (Benetton) intentó adelantarle en la chicane y empujó ligeramente al Williams del británico. Hill, sin embargo, se fue afianzando al frente de la prueba y en la décima vuelta ya tenía cuatro segundos de ventaja sobre el finandés Mika Hakkinen, segundo; cinco respecto al alemán Michael Schumacher (Ferrari) y ocho en relación con el irlandés Eddie Irvine (Ferrari) y Villeneuve.

La carrera de recuperación del canadiense fue espectacular, de la misma forma que la ventaja de Hill respecto a sus rivales fue decreciendo. Tras las paradas en talleres, el británico sólo le sacaba dos segundos de ventaja a Schumacher, mientras que Villeneuve batía el récord de la vuelta rápida. El remonte del canadiense se detuvo en la vuelta 36ª, cuando se salió una rueda de su monoplaza que fue a parar a la tribuna e hirió a varios espectadores. El abandono de Villeneuve suponía ya la coronación de Hill. El británico, sin embargo, no levantó el acelerador al saber que ya era campeón. Quería despedirse de Willianis -el próximo año correrá con Arrows- con un triunfo y pretendía celebrar el título desde el escalón más alto del podio. Y así sucedió. Hill estuvo acompañado en sus celebraciones por Schumacher, segundo ayer y campeón saliente, y Hakkinen, tercero.

La superioridad de Hill dejó a la carrera pendiente del subcampeonato de marcas. El accidente de Berger dejó a la firma Benneton en tercer puesto, por detrás de Ferrari. Schumacher se conformó con ser segundo en la carrera y tercero del mundial.