La comisión de seguimiento del naval estudia las desviaciones del plan

La comisión de seguimiento del plan de reestructuración de los astilleros públicos se reunirá hoy para estudiar las desviaciones del plan en medio de un ambiente enrarecido por los constantes rumores sobre la posibilidad de cerrar la planta de Sevilla. Unos 200 trabajadores de ese astillero se concentraron ayer ante la sede del PP en esa ciudad y ante el Ayuntamiento para protestar por esa posibilidad. Las protestas, que se repiten desde hace días, dieron lugar a una nota pública en la que el Ministerio de Industria niega qué se haya decidido cerrar ningún astillero público. "No se adoptarán medidas definitivas", dice la nota, "hasta que se hayan estudiado en profundidad las causas que han provocado la desviación del Plan de Competitividad del Sector Naval".Según Industria, la dirección de Astilleros Españoles está realizando dicho estudio, que no estará finalizado hasta las próximas semanas. "Será entonces", añade el ministerio, "cuando, en colaboración con los diferentes agentes sociales, se adoptarán las medidas pertinentes para que Astilleros Españoles pueda corregir los desequilibrios detectados en el Plan de Competitividad".

Precisamente hoy se reúne la comisión de seguimiento del plan, integrada por la empresa y los sindicatos. En ella se darán a conocer esas desviaciones, que son importantes ya que el año puede cerrar, de seguir como hasta ahora las cosas, con unas pérdidas en Astilleros Españoles superiores en un 50% a lo previsto. El desfase mayor se da en el astillero de Sevilla, que acumula un gran retraso en su cartera de pedidos y que era candidato al cierre en el primer proyecto de plan de reestructuración. Ese cierre se abandonó ante las fuertes protestas sociales efectuadas.

Las protestas volvieron ayer a Sevilla. Y también las declaraciones. Mientras UGT insistía en que no admitirá cierres, el consejero de la Junta Gaspar Zarrías pedía explicaciones al Gobierno. En el Ayuntamiento se anunciaba una próxima entrevista entre la alcaldesa, Soledad Becerril, y el ministro de Industria, Josep Piqué.