Si hubiera seguido Miguel

Ya hemos acabado. Por fin estoy bien, bien. Además, hemos disfrutado de un día de San Miguel maravilloso por el tiempo, el más agradable de toda la Vuelta, sin aire y con 36 grados. Un día de fin de fiesta. Normalmente los últimos días de las vueltas grandes nunca hay batalla. Está ya todo decidido, y no hay ninguna lucha ni por la Montaña ni las metas volantes siquiera. Son días cómodos, en los que sólo se aviva el ritmo cuando se entra en la Castellana. Allí la carrera ha sido más seria.Haciendo un repaso, lo primero que salta a la vista es que ha sido la Vuelta más rápida de la historia. Desde Valencia, todos los días hemos corrido a un ritmo infernal, sin tregua.

Pero lo que más ha marcado la Vuelta han sido la presencia y la ausencia de Miguel. Cuando él estaba, movía una gran cantidad de público en las salidas, llegadas y en el recorrido. En todas partes, hasta en los hoteles, una gran masa de gente animándolo. Pero una vez que se retiró por la bronquitis, el público bajó muchísimo. La afición le echó de menos. Personalmente, creo que si Miguel hubiera estado bien, sin problemas, habríamos tenido una lucha bonita con la ONCE. Siempre nos han criticado que Miguel era todo y que los demás siempre le dejábamos solo en los momentos críticos, pero hemos demostrado en esta Vuelta que sin Miguel hemos, estado delante, intentándolo todos los días, aunque sin suerte. Un Miguel fuerte habría tenido un equipo fuerte a su lado.