El discurso de Anguita
Ahora se han puesto de moda los mega-mix, pero hubo unos años orados para otro término discográfico: el remake. Julio Anguita lo sabe. También sabe bastante de izquierdismo y de oportunismo. Aunque su actitud política no salió muy bien parada de la criba histórica de las experiencias de Estado, proporciona material de primera calidad para aquellas fuerzas cuyo objetivo es administrar una alternativa rupturista pero especulativa. Anguita lo sabe.,También sabe que las cosas no le van bien a muchos españoles y que éstos tienen poca o ninguna esperanza de que la construcción europea, los compromisos constitucionales, el Estado de bienestar, las autonomías o la monarquía pongan solución inmediata a los problemas existentes. Pero salir con un alarde de republicanismo federal o el derecho de autodeterminación es puro oportunismo. ¡A estas alturas y con lo que ha corrido el mundo! Socavar convicciones de profundos surcos democráticos aprovechándose de esas realidades cotidianas preñadas de sinsabores o cavar trincheras de republicanismo en una democracia monárquica lo considero una tergiversación del pasado y una manipulación del presente. Anguita también sabe eso.Pero es que todas las críticas que se le hagan desde posiciones consecuentes con la actual etapa democrática española inflan todavía más su globo peregrino porque él ya ha hecho su particular apuesta de futuro. Partiendo del punto de que la izquierda de este país está más preocupada de sí misma que de su entorno social y de que hasta hoy se ha mostrado incapaz de poner en marcha un makingmind original y alternativo, el secretario general del PCE se descuelga con un remake, rescatando reivindicaciones que pone al servicio de una estrategia personal o de clan, pero que no obedece a necesidades históricas ni contractuales. Parece una trampa psicosocial que pretenda convertir al PCE en un agente vehicular para el escape surrealista de las comprensibles frustraciones de muchos españoles.Anguita no duda en manosear los delicados mimbres de la memoria histórica del país, impregnando de mesianismo toda su oratoria. Su andadura política es la premonición visionaria del próximo presidente de la República. Fustiga a diestro y siniestro. Izquierdismo a rajatabla. ¿El PSOE? ¡Puaj! Mencheviques. ¿Nueva Izquierda? ¡Puaj, puaj! Esa quinta columna poumista,, Y es que Anguita sabe mucho. O quizás no, quizás sea un insensato. Lo peor es que puede que también lo sepa.- .
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