Una caída saca a primer plano de la campaña presidencial la edad y la salud de Dole
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Bob Dole, suftió sólo ligeros rasguños y un pequeño derrame en su ojo izquierdo al caerse el miércoles del estrado desde el que pronunciaba un discurso en California. Pero esa caída, que trae a la memoria de los electores sus 73 años y sus condiciones físicas, es en estos momentos el símbolo de su accidentada campaña electoral, en la que, a menos de 0 días para la votación presidencial, no ha conseguido todavía convertírse en un rival creíble del presidente Bill Clinton, el candidato demócrata. Ayer en Las Vegas, Dole quiso quitar importancia a su caída y aseguró en un mitin que fue debido a que intentó bailar Macarena.
Dole perdió el equilibrio cuando intentó apoyarse sobre la barandilla que rodeaba la tribuna desde la que saludaba al público. Pudo haber sido algo peor si la caída no hubiera sido amortiguada por los fotógrafos que cubrían el acto. Uno de ellos ha contado que_ sostuvo con sus manos la cabeza del candidato, con lo que impidió que se estrellase contra el suelo.Fue un accidente que no es atribuible a la salud de Dole, sino a los carpinteros que montaron el tenderete. Pero su rostro de dolor estaba ayer en las primeras páginas de todos los periódicos, y ha sido más noticia que las propuestas electorales del candidato. Es, por tanto, un traspié que vuelve a poner de actualidad los 73 años de Dole -a quien recientemente se ponía como ejemplo de alguien que ha superado un cáncer de próstata- y que ayer en Las Vegas trató de quitar hierro al asunto durante un mitin electoral: "No se pongan ustedes lejos de mí, que ya no me voy a caer. Me caí porque estaba intentando bailar ese baile demócrata, Macarena, pero ya no lo voy a hacer nunca más".
Una encuesta publicada ayer por el diario The Wall Street Journal y la cadena de televisión NBC refleja que el 341/6 de los norteamericanos cree que Dole está menos capacitado para ejercer la presidencia por su avanzada edad, frente a los 50 años de Clinton. Según esa encuesta, si las elecciones se celebraran hoy, Clinton obtendría el 51% de los votos, un 13% más que su rival ,republicarío. Ross Perot, el candidato del Partido de la Reforma, cuenta con un 5%.
Esas cifras se aproximan al promedio de otras encuestas que han sido publicadas en los últimos días, y ponen en evidencia un hecho: pasadas las convenciones, entrados de lleno en la fase en la que los candidatos recorren el -país pronunciando discursos, Bill Clinton es, a falta de una sorpresa mayúscula, el claro favorito a la victoria.A esperar los debates
A partir de ahora sólo quedan los debates electorales -sobre cuyas fechas, lugares y formatos no existe aún un acuerdo entre los dos principales partidospara que Dole intente dar la vuelta a la opinión pública.
Los estrategas de la campana de Dole parecen haberse, convencido de que Clinton es invulnerable por él lado en el que normalmente se ganan las campañas electorales en Estados Unidos, el de la economía.
Bob Dole ha tenido, por tanto, que recurrir a temas menores, como el de su pretendida honestidad frente a las dudas sobre la moral del presidente.Eso está funcionando sólo relativamente, porque los norteamericanos se han acostumbrado ya a vivir con un presidente en permanente estado de sospecha. La prueba es que ni siquiera el escándalo de Dick Moffls, el asesor presidencial al que se descubrió en relaciones sentimentales con una prostituta de 200 dólares la hora, ha tenido efecto apreciable.
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