_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Votos

Rosa Montero

Emociona esa foto de la cola de votantes bosnios publicada el domingo. Envejecidas campesinas con el pañuelito a la cabeza, bocas ajadas que el dolor ha apretado, Ojos desorbitados por la enormidad de todo lo que han visto. Y sin embargo ahí están, haciendo cola. La mujer mayor apoya su mano en el hombro del hombre, quizá su marido, que está delante de ella. De qué atrocidad habrán salido, qué. insufribles memorias les perseguirán de madrugada. Y sin embargo ahí están, haciendo cola. Algunos han regresado por unas horas a los pueblos natales de los que fueron arroIlados a culatazos, y se han enfrentado nuevamente con los violadores de sus hijas y los torturadores de sus maridos. Y todo para meter un trozo de papel en una urna.Dentro de las infinitas brutalidades de las que es capaz el ser humano, el nacionalismo salvaje debe de ser una de las más abyectas. Y la más imbécil: no sé cómo uno se puede enorgullecer, como si fuera un logro propio, del ciego azar de haber nacido a este lado o al otro de una raya. Esta irrelevante casualidad genética justificará sus atropellos: niñas degolladas, ancianos mutilados. De esa negrura indescriptible salen los votantes de Bosnia. Y sin embargo ahí están, haciendo cola.

Hay algo profundamente conmovedor en el afán de civilidad que muestran, en el intento de oponer una humilde papeleta a las armas y el furor. Lo mejor de los humanos se construye sobre la nada, sobre el deseo de entendernos y las convenciones sociales con que regulamos ese deseo. Una papeleta es en realidad muy poca cosa, sólo un acuerdo común, una especie de juego. Y sin embargo hay papeletas que han detenido tanques. No es fácil, desde luego: los votos de Bosnia han ido para los extremistas. Pero ahí estuvieron todos haciendo cola. Entre tanta desesperación hay esperanza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_