_
_
_
_
_
MOTOCICLISMO: GRAN PREMIO DE CATALUÑA

Checa se corona entre campeones

Doohan, segundo, se asegura el título mundial al batir a Crivillé, tercero ayer y nuevo subcampeón

Carlos Checa se consagró ayer en Montmeló, en la carrera de 500cc del Gran Premio de Cataluña, al lograr su primera victoria en el Mundial. 62.500 espectadores celebraron el rotundo éxito del joven piloto catalán, que relegó en el protagonismo a Alex Crivillé, tercero en la clasificación final, y al australiano Mick Doohan, que se proclamó campeón del mundo por tercera vez consecutiva gracias a su segunda posición.La carrera de Checa (Fortuna-Honda) fue perfecta. Partió desde la primera fila de la parrilla, con el cuarto mejor tiempo de los entrenamientos. Llegó a la primera curva en tercera posición, pero tardó sólo dos vueltas en colocarse en cabeza del pelotón. Y durante las 23 restantes, rompió los esquemas, realizó una exhibición que puso la piel de gallina a todos los fieles que acudieron ayer al santuario del motociclismo catalán para ver triunfar a uno de los suyos.

Más información
Montmeló bate su record de asistencia
Las cilindradas menores ya no sonríen a los españoles

Todos esperaban a Crivillé (Repsol-Honda) -campeón mundial de 125cc en 1989-, favorito por sus recientes y brillantes victorias. Pero el que se salió del cartel fue Checa, para satisfacción de su jefe Sito Pons, el padre y el hermano del corredor, presentes en el circuito, y de las decenas de -amigos que hicieron el corto viaje desde su pueblo, Sant Fruitós de Bages (Barcelona), en el que necesariamente es el ídolo. Checa acabó saldando su deuda pendiente. Montmeló le debía un desagravio. Desde el 8 de octubre de 1995, desde la 18ª vuelta del Gran Premio de Cataluña del año pasado, había soñado con ganar en su circuito. Aquel día, borrado ayer de la mejor de las maneras, Checa saltó a los titulares del mundo entero al dominar la carrera inesperadamente... antes de caerse a siete vueltas de la bandera a cuadros.

Por eso, por ser en casa, por ser en un momento difícil para su escudería, por ser de forma tan brillante, el piloto catalán, de 24 años, estalló de alegría. "Aquí viví mi mayor decepción, y ahora este triunfo es la más gran satisfacción". Checa, campeón de España de 250cc, sólo había estado antes una vez en un cajón del Mundial -este año fue tercero en Malaisia-, aunque su progresión, desde que ingresó en la élite en 1993, ha sido meteórica.Este fin de semana ha disputado su l8º gran premio en 500cc.

La primera victoria siempre es especial. Carlos, además, la logró en casa, delante del Rey. Su emoción era tal que saltó cualquier protocolo. "Tienes que venir más le comentó Checa a Juan Carlos I, cuando éste le recordó que también había presenciado el primer triunfo de Sito Pons en el Jarama. Checa abrazó efusiva mente al Rey. Su padre y su hermano David contemplaron la escena desde el pie del podio, emocionados. "Se lo merecía", repetían , igual que durante los tres cuartos de hora de la carrera ha bían- repetido la misma pregunta: "¿Cuánto queda?". La madre y el abuelo se quedaron en casa.

Esos nervios devoraron no sólo a la familia. También cada uno de los hombres de Checa vivió cada segundo con intensidad y agonía. Desde que su pupilo se colocó líder y empezó a rodar cada vez más rápidamente hasta deshacerse de la sombra que eran Crivillé y Doohan (Repsol-Honda), Sito Pons empezó a pensar que ayer era el gran día que ha estado esperando toda la temporada.

El jefe de sus mecánicos, Ramón Forcada; el ingeniero, Antonio Cobas; el hombre de la telemetría, Xavi; sus mecánicos, Jordi, Eloy, Pere, y hasta Ricky, que está lesionado. Todos sufrieron y después celebraron. Fue un día de alegría, de premio, para ellos. También para la afición, que aplaudió a dos españoles, a dos catalanes que convirtieron la categoría reina en una fiesta nacional. En medio, un australiano, Mick Doohan, festejaba en silencio su tricampeonato, certificado gracias a la segunda posición de ayer. Doohan, de 31 años, iguala en el historial del Mundial a mitos como Kenny Roberts y Wayne Rainey. "Nunca hubiera imaginado llegar hasta aquí", aseguró. Ayer su carrera fue más conservadora de lo habitual para asegurarse el título. Aun así, Doohan fue capaz de derrotar a Crivillé en el sprint. Los dos terminaron a seis segundos de Checa. "No estoy contento", reconoció Alex; "esperaba poder ganar en casa, pero Checa hoy era imbatible. De todas maneras, también estoy satisfecho porque con este resultado me he asegurado el subcampeonato- mundial, que era mi objetivo esta temporada".El gran triunfador de la jornada, después de recorrer la vuelta de honor con una bandera bicolor-cuatribarrada por un lado y rojigualda por el otro-, comentó: "Todo lo que nos hemos entrenado aquí ha servido de mucho", recordando, por ejemplo, los casi 1.000 kilómetros que cubrió en dos días, hace tres semanas, que le permitieron encontrar los reglajes victoriosos para los neumáticos y las suspensiones. "Ojalá este sea el comienzo de una buena racha para mí", continuó. "Ha quedado claro que lo del año pasado no era casualidad, y que no me pasaba cuando decía que podía ganar este gran premio".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_